EXPERIENCIA VITAL

En viaje por caminos de vida
aparentemente, tus palpitaciones
se encontraron en callejón sin salida.
Gobernaste el silencio y de la mano
de socrático consejo volviste tus pasos
a la casa parlante de la montaña.
Abriste su puerta, y caminaste por sus habitaciones
despeinando cortinas y visillos a sus ventanas.

Viste las pinturas que pincelaron tus infantiles manos.
Miraste los inconclusos cuadros de loca y fugaz adolescencia
tirados como naipes en juego de azar, en mesas polvorientas.
Entre estantes encontraste cubiertos de telarañas
los cacharros de greda modelados con el cariño maternal,
que usaste en las colaciones del primer viaje por el mundo.
Buscaste los inútiles adornos que tapizaron tu habitación,
el aire te faltó para unir tantos pedazos desteñidos.
Tu corazón reflejó manos que atravesaban paredes
regalándote las pulsaciones del silencio.

Seguirás caminando por zigzagueantes senderos.
Cruzarás ríos por caducos y colgantes puentes.
Bajo tus pies correrán rugientes,
barrosas aguas,
que han hecho suyas
gargantas que han tragado
a los osados, que impertinentemente miraron su furia.
En tus cerrados puños se deslizará el encordado.

Inhalando cristalinos aires,
abrirás puertas y ventanas de tu casa andina,
y te nutrirás en los tesoros,
guardados uno a uno en su profunda intimidad.