Hace tanto que no nos veíamos, sentíamos, escuchábamos,
Y me diste la mano,
Dejamos correr a mil el presente,
Y jugamos a volver la eternidad un instante,
Este momento, que se hace infinito,
Entre cada uno de tus besos,
Entre la intensa dulzura de tus caricias.
Hace tanto que no nos reíamos, mirábamos, pensábamos,
Y ahora regresas,
Y te siento a sólo un llanto de distancia,
Batiéndote a duelo con mi sonrisa,
Casándote a escondidas con tu próxima ausencia.
Hace tanto que no nos buscábamos, pedíamos, hallábamos,
Y nunca lo esperé así de inesperado, nuestro reencuentro,
Cuando menos brillaba tu recuerdo en mi memoria,
Porque el silencio de mis lágrimas y mis risas,
Se lo culpé a tu partida,
A la tinta seca de mi vida,
Y sin embargo,
Hace tanto,
Tanto tiempo,
Que no sonreía.
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