Amigo, ¡solo escucha!... por favor, necesito hablar con alguien, y ahí parado agarrado de la puerta me dices: “no puedes quedarte a llorar, la vida sigue”… y ahora, un año mas tarde, aquí en este hospital con las muñecas cortadas y el corazón desgarrado, aún escucho esa frase , y sí, tenías mucha razón, la vida sigue, ¡pero a quién le importa si la vida sigue!, yo solo necesitaba hablar un momento, mi alma pedía a gritos ayuda, pedía ser escuchado, ¿era necesario que hiciera esto para atraer tu atención?, si es así, lo hubiera hecho desde hace mucho tiempo, pero quise que descubrieras por tú mismo, lo que pasaba cuando entrabas al cuarto y me encontrabas llorando, (si es que te diste cuenta), yo necesitaba que preguntaras si quiera ¿estas bien?, pero no, te hacías el occiso, y ahora me preguntas ¿porqué?, ¿Porqué lo hice?, ni yo mismo sé porqué, porque ahora ya no necesito hablar, que mas da hablar si nadie te escucha.
Pero voy a contestar tu pregunta, me sentí muy solo, como siempre he estado, porque yo soy feliz acompañando a mis amigos, pero a mí ¿quién me acompaña?, nadie, todo el mundo cree, que porque siempre ando sonriendo estoy bien, pero lo que no saben es que era una forma de escapar del dolor, de la depresión que tenía, que era una forma de escapar de la realidad de saber que nunca tuve un padre que estuviera a mi lado, un padre que me hablara de cambios físicos, de cómo crecer, de cómo enfrentar la vida, un padre que se sentara a mi lado y escuchara mis problemas, solo tuve a una persona que decían que era mi padre, pero lo único que sabia de él es que era el que pagaba mis cuentas, y me agredía cada que tenia oportunidad, por el más mínimo detalle.
Pero ahora que mas da, tengo 19 años, y si pase 13 años sin padre, no necesito ahora a uno, ahora para que, estoy a punto de pasar la etapa mas difícil y mi vida ya esta marcada para siempre, tengo una enfermedad incurable, que solo puede ser controlada, y sí puede ser muy contagiosa, pero no te preocupes, a ti nunca podré contagiarte.
Así que te parecía un chavo bien alivianado, pues no, parezco una alcancía que en lugar de monedas tiene tragedias y que por billetes dolor, ni modo así es la vida.
No te culpes, nada tengo contra ti, pero no me tengas miedo, ya te dije que no te contagiaría nunca… porque tú, eres mi mejor amigo, gracias por estar cerca y disculpa si te hice sentir mal.
Solo te quiero pedir un favor antes de que te vayas, no me preguntes cuál es mi enfermedad ni te pongas a investigar como ya es tu costumbre, tal vez ya te imagines cual es mi enfermedad, pero yo no te voy a decir nada, no quiero que me rechaces tú, mi mejor amigo…
¡Cómo quisiera que nunca hubiera pasado esto!, no te imaginas el dolor y la impotencia que me da el no poder ya solucionar mi enfermedad…
Dios, por favor, si tan solo… si tan solo escucharas, ¡por favor!...
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