Suerte de la mar maldita me trajo tu mirada muerta a mis brazos de amante ciego. Entre espuma quebrada de sal surgiste como difunta venus de mis quebradizos lamentos. Como algas de bella negrura se enredó tu suave cabello entre mis torturados dedos. Como en implacable galerna zozobró mi corazón malherido en el oleaje de tu ausencia. Como náufrago enloquecido en la isla de la desesperanza a la mar que te robó maldigo.
Texto agregado el 11-01-2006, y leído por 144 visitantes. (2 votos)