Eres mujer tan simple,
tan simple que causas miedo.
Eres simple como el agua,
eres simple y no te entiendo.

Tu cuerpo, mujer callada,
no exagera la belleza:
Ser sencilla es tu grandeza,
ser sencilla y ser amada.

Quererte estuvo en mi pecho
desde el primero de los adanes;
quererte ha estado en el tiempo
ya en los inicios elementales.

Discutes ideas imposibles
mientras te observo lozana.
Amarte es fundamental y simple
como es desear una manzana.

Y entonces te me acercas
y mis hojas caen al piso,
los lápices que utilizo
ruedan todos por el suelo,
(Tu cuerpo es el consuelo
De las hojas que dibujo,
Tu cuerpo es ese embrujo
Que hace que valgan la pena)
y anudados en faena
de besos, caricias y abrazos,
postergamos la pobreza.

Simplemente, nos amamos.