Desaparece el suspiro
aquel sudor sufrido
que invoca tu alba seda.
Intranquilo respiro
ahogado en rabias
por no encumbrarte o poseerte,
y me sumergo en algas mustias
cocinando tu carne por las noches.
Desaparece el suspiro
solo contigo:
senil sirena
cleopatra imbécil
epitafio moreno de senos.
Hembra que emborracha a medias
los tambores de mis latidos,
como si no supieras
que me gusta beber hasta saciarme.
"De una mujer oscura"
Macrúz.-
Texto agregado el 10-01-2006, y leído por 242
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