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- Sabes, cuando estas de mala es difícil que las cosas tengan luz propia, por el contrario existe un pequeño pero profundo velo que niega toda posibilidad de luminosidad incluso de aire, es entontes cuando la mitad de los alvéolos pulmonares se encapsulan a sí mismos y te encuentras con el mismo aire dando vueltas una y otra vez, pasando viciosamente a cada una de las células del cuerpo transportado lentamente por la sangre algo rancia. Pasa por el corazón y vives un amor ahogado y ahogante, algo muerto desde el principio, luego sube hasta la cabeza contaminando cada músculo, especialmente los del cuello quienes cada mañana al despertar cumplen la función de mostrarte lo vivo que estas con esa sensación apretada tan familiar. Como decía, llega a la cabeza y piensas que en realidad pocas de las cosas que piensas tienen mucho sentido, sólo palabras del precioso ingenio y la conmovedora inteligencia, viciosas escenas llenan tus recuerdos, amargos licores nocturnos, amaneceres poco conectados en cada semana de cuatro días porque ya casi no duermes. Y sigue, luego al pasar a los ojos descubres todo un mundo también con ese velo, es como si de día anduvieras con lentes oscuros y por la noche con lentes ultravioleta; entonces ves diurnas sombras moviéndose, sin rostro y donde todos los ojos son igualmente negros y las flores son homogéneamente repugnantes; pero por la noche la luna es tu sol que a veces ciega, y lo único que ves son masas de energía, energía siendo emanada por todos lados como ahora, mira eso que va ahí no es un perro, es una masa de energía movilizada por el hambre, entonces es el hambre ¿lo puedes ver? Ves esos colores, son distintos a ese tipo que camina ahí, ese que va con bolsas en las manos, él lleva colores de apatía, ves son más bien opacos, ya no espera nada solo llegar a su casa y comer algo para luego encender el televisor, fantasear cosas que no van a ocurrir nunca y luego dormir para mañana despertar y sólo hacer lo mismo que hoy pero más apurado y con menos sentido, ¿lo puedes ver?
- si, ese que lleva zapatos negros. Mira son igual que los tuyos, son como esos que venden en esa tienda en el centro, ahí donde trabaja ese tipo que le falta un brazo, ese poh del que hablaba el Domingo, que ese tipo cada día al salir del trabajo iba a tomarse sus cañas a la botillería del papá, viste que el viejo del Domingo tiene una botillería, ya poh resulta que ese gallo cada vez que se cura, dice el Domingo, cuenta la misma historia de cómo perdió el brazo, resulta que cuando era joven andaba carreteando en la casa de su mina, un carrete pesao ¿me seguí? Y ya estaban todos borrachos y fueron pal patio y sacaron unas flores que habían, unas de esas largas que son como trompeta, entonces las tiraron en una olla y las cocinaron y después se tomaron lo que había en la olla y el tipo dice que no se acuerda lo que hizo pero que lo echaron de la casa y se tuvo que ir caminando ¿me entendí? Y en ese tiempo había toque de queda, o sea, no te podiai ir pa la casa así como así. Entonces ¿ en qué iba? Ah ya me acordé, el tipo se fue caminando y lo encontraron los milicos y se puso a correr y correr y los milicos atrás hasta que se metió a un cementerio y se quedó escondido dentro de unos de esos departamentos de muertos ¿los cachai?, toda la noche y dice que ahí vio a unos muertos pero que eran como espíritus así que estaban como en una fiesta con trajes antiguos y todo, y que lo vieron y lo invitaron a la fiesta y el dijo que bueno porque en realidad lo que a este tipo le daba más miedo eran los vivos y si eran milicos más aun. Así que dice que bailaron y se rieron toda la noche y hasta se agarró a una mina que había sido una de las primeras colonas que había llegado acá y que los espíritus le contaron un par de secretos que por nada del mundo ahora los quiere decir, cacha que cuando se acuerda de los secretos se pone a temblar ¿qué loco ah?. Ya poh, te sigo contando, resulta que cuando despertó estaba a tres cuadras de la casa de su mina, tirado en la línea del tren, ahí poh dentro de las dos líneas y su brazo un par de metros más allá. Pero dice que no importa porque peor hubiese sido que lo pescaran los milicos; es que dicen que este gallo estaba metido en el Mir y tenía una chapa y todo. Si poh ese es, el que vende zapatos en la tienda del centro donde hay unos como los que lleva el tipo que pasó y que son iguales a los que llevas tu... Por qué me mirai así, si poh si son igual que los tuyos, ya poh dime algo, dame la mano mejor, ¿anda a dejarme a la casa?... oye, ¿aun me querí?
- qué crees, pero dime qué crees
- pero si ya te dije, esos zapatos negros son igual que los tuyos...pero por qué me seguí mirando así. Ah ¿qué creo?, ahora te entendí , yo creo que fue verdad, igual nadie está tan loco como para inventar algo así, menos si te pasó algo tan fuerte como perder un brazo ¿ no creí?...

Por una calle luminosa veo a una pareja caminando tomados de la mano, es invierno en la ciudad, de sus bocas el vapor cuenta que la temperatura el baja, luego se detienen y él la observa cuidadosamente, tal vez quisiera reconocerla, posa su mano sobre su mejilla, da media vuelta y camina hacia la parte más oscura y se aleja. Ella se sienta en la vereda, parece llorar luego se reicorpora y se pierde tras el brillo de los faroles.
Ya casi amanece, ella duerme junto a un peluche. El continúa caminando, saca sus anteojos oscuros y se pierde entre la gente con bolsas en las manos...sus zapatos siguen siendo negros. Ella continúa durmiendo.

Texto agregado el 13-11-2003, y leído por 173 visitantes. (0 votos)


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