Él era un joven estudiante, llevaba algunos años estudiando filología. Su vida social estaba casi muerta, entre las aulas y los libros no tenía tiempo de nada. No conocía más gente que sus compañeros y profesores, e incluso con ellos su relación no pasaba más allá de una mirada.
Una noche comenzó una saga de extraños sueños, allí era un poderoso mago, todos lo veneraban y cumplían su voluntad. Cada noche los tenía, y se proseguían tal como su vida despierto.
Una tarde recibió noticia de su expulsión de la clase, no había logrado alcanzar el nivel pedido, sus estudios eran menos que mediocres. Esa noche, en esa otra tierra fue condecorado, había descifrado algún conjuro arcano, y ya no necesitarían preocuparse más de las defensas de sus pueblos, gracias a él una gran cantidad de espíritus y criaturas los defendían de cualquier posible amenaza. Gracias a esto obtuvo abastecimiento para toda su vida. Fue en ese momento cuando notó que tenía conciencia de su vida despierto, y también se dio cuenta que si no hacía algo moriría de hambre “en el otro lado”.
Esa mañana despertó muy preocupado, y con deseos de dormir y no volver a despertar, pensó en el suicidio, pero al no estar seguro de si eso resultaría lo descarto rápidamente, lo que solo aumentó su preocupación, ya no sabia que hacer. Su estomago acuso el hambre que lo aquejaba, esto paso a ser su primera prioridad.
Y su cabeza se abrumó, cayó en la cuenta de que no sabía más lo básico en la mayoría de las materias y el conocimiento alcanzado en la educación superior no le serviría para ningún tipo de trabajo, opto por el robo, y mientras más días vivía de esta actividad, mejor le iba al mago. Esta situación era terrible para él, sus deseo de no despertar eran cada vez más fuertes, y sin solución.
Su calidad de vida bajo velozmente, no había pasado un mes y su nuevo hogar era una esquina poco transitada de un pobre barrio, los robos se hacían cada vez más violentos, y el mago más benevolente, llegó incluso a matar, en ese estado fue cuando conoció a otro personaje de la calle.
Comenzó a relacionarse con un viejo, que aparentemente no necesitaba, nunca lo vio comer o tomar alimento alguno, a pesar de que pasó semanas enteras con él. Nunca lo vio inmutarse con el frío, la nieve, el viento o el calor.
El anciano se transformo en su primer amigo en muchos años, y era también su mentor. Comenzó a recibir grandes conocimientos, y aunque nunca lo dijo, cada mañana despertaba con ansias de recibir El Conocimiento, cómo mantenerse en ese mágico mundo donde el más grande sabio era la persona más grande, el físico y el pragmatismo eran bajados de su pedestal, las emociones y el pensar volvían a ser importantes.
Gracias al anciano dejo el robo y la violencia, para mantenerse sólo dependía de la generosidad de las personas. Mientras más practicaba las enseñanzas de su amigo sus sueños eran más largos, incluso llego a dormir por días completos, y varios seguidos.
La vida al otro lado era hermosa para él. Era amado, sus mayores deseos eran respetar a sus conciudadanos, él bajó de su gran trono y se fue al bosque, dijo que defendería a la ciudad desde ahí, nadie dudo de su palabra, tampoco tenían porque hacerlo, y nunca tuvieron que hacerlo, hasta ese día, el día que sus sueños casi se hicieron realidad.
Fue después que el anciano se alejara, con el consentimiento de su amigo, y por esto fue que su sueño se cumplió, gracias, aunque algunos dirían que fue por culpa del anciano. Siguió sus enseñanzas tal cual él las había pronunciado, y al cabo de un tiempo el mago despertó.
Con plena conciencia de ambos mundos, el mago despertó lejos de su bosque, en un feo lugar, sin árboles ni praderas, y se sintió solo. Eso fue nuevo, aunque viviera alejado de sus amigos en el bosque nunca estuvo realmente lejos, gracias a constantes visitas en su casa y cosas por el estilo.
El mago estaba acostumbrado a vivir sin techo y sin alimento, por lo que no tenía grandes preocupaciones por mantenerse, pero él había hecho una promesa que esperaba poder cumplir cuando durmiera, aunque no estaba seguro cómo lo haría.
Esa mañana el mago despertó sorprendido, por primera vez en años no soñó, y se preocupó, y ese sentimiento fue creciendo conforme pasaban las noches sin sueños. Cada vez perdía más la conexión con su mundo natal.
Ya no recibía noticias de su bosque o ciudad, perdió completamente el poder para defenderlos, y eso lo angustiaba. Y con la angustia vino la necesidad, sintió hambre, sed y frío por primera vez en su vida.
Su ropa se hizo andrajosa y no lo protegía del agua ni del frío, el hambre lo empujó a hacer cosas que nuca antes había hecho, el hombre que alguna vez deseo ser mago siempre sólo quería despertar de esa personalidad.
Cuando comenzó a robar se prometió que nunca haría ningún daño, pero luego de algunas semanas se le hizo más difícil que la víctima no lo notara, mas siguió sin dañar, pero los botines se redujeron a tal punto que tuvo que romper otra promesa, y al fin terminó por matar.
Ahí comenzó una gran degradación de su persona. Aunque casi no los había usado, sus poderes mágicos comenzaron a decaer rápidamente a medida que seguía matando para vivir.
Por lástima esta vez no conoció a ningún maestro que lo salvara y le cumpliera sus sueños con una gran doctrina de paz y amor por los demás.
Continuó matando hasta que su magia desapareció completamente, y vio su miseria, se dio cuenta de lo mal que estaba y quiso morir, morir noblemente, pero no sabia cómo.
Dejo de robar y matar y empezó a morir, cada vez tenía menos fuerza, y menos ánimo, ni siquiera mendigaba, solo quería morir.
Una tarde estaba acostado, rara era la vez que estaba de pie ahora, cuando un niño pasó al lado de él, luego un hombre pasó muy enojado tras el niño, él no le prestó mayor atención, mas cuando la pareja pasó de nuevo, el niño grito por socorro, y le recordó su ideal de muerte. Se levantó como no lo hacía hace días, y se interpuso entre un golpe del hombre al niño.
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