Sólo tengo mis letras, agónicas, delirantes, sólo mis letras. Palabras. Designios. Un sí por cada ciento setenta y siete no. Piadosos deseos. Infinitas maldiciones. Varios: regresa mañana. O no regreses nunca. Yo entercándome. Volviendo mañana y mañana y mañana y no volviendo. Con mis letras a cuestas. Porque quizás. Y mis letras son puertas. Abiertas. Cerradas. Son garfios. Son cerraduras. Son heridas clausurándose y volviéndose a abrir. Mis letras son el más absurdo amor despidiéndose. Son también un extraño tratando de identificarse. Una niña perdida balbuceando su extravío. Un desnudo en pleno centro de la ciudad. Un monje quebrando su autoexilio. Una vieja que finge ser joven. Un anciano vencido y confeso. Un loco haciendo de cuerdo. Una oración interrumpida. Mis letras son el arrepentimiento tardío. Un golpe brusco en el ánimo. La más vergonzante de las confesiones. Un suicida a punto de saltar. El último intento antes de rendirme. Y estas grafías, todas, se tatúan soberbias en mis gestos. Se desbordan. Me evidencian. Ya no quieren callar: son signos que no entienden de silencios. Que me matan y se mueren.
Texto agregado el 07-01-2006, y leído por 255
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Lectores Opinan
07-01-2006
bien, me gusto! tambien son sensaciones... arcano20
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