Para Omett
Léeme.
Que al leerme,
comprendes mi piel,
inundas mis ganas,
consuelas mis sienes,
escarbas en mis ojos,
profanas con mi lengua,
descalzas las ideas,
tiras el corazón,
envenenas tu alma
y liberas mis ansias.
Léeme,
sentirás el cielo bajo el infierno;
encenderás el hielo,
me meteré por tu sombra,
llegaré a tu ombligo,
me empaparé con tu aroma,
te ahogarás en mi carne,
morirás en el intento,
reiré, toseré, llloraré.
Léeme,
seré tuya en un suspiro;
grabame, posee ésto,
siente mi reflejos,
aprieta mi sufrimiento,
yo ya tengo el tuyo,
envuelveme, tenme,
gozaré tu delirio,
lameré tu espíritu,
succionaré tu aliento:
ya es mío;
no tienes nada,
sólo ojos, labios secos,
no más que carne en bruto,
lee mi pasión...
¿Puedes leerme?
Eres mío entonces,
yo no soy de nadie,
ni sigo siendo mía.
¿Te atreves?
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