Enero 2006.
5. Otro sueño: Es de noche. Está lloviendo. Una paloma vuela hasta mis manos. Sólo se deja caer. Desamparada. Yo extiendo las palmas. Ella se posa. Tiene los ojos cerrados. Apretados. Después de unos segundos, quiero dejarla ir. Restituirle su libertad. Pero, ella tiembla. Se acurruca. Aprieta más los ojos y baja la cabeza. Pide clemencia. ¿Para no ser libre? ¿Para no dejar que sus alas escurridas surquen los cielos otra vez? Pide clemencia. Lo sé. Y yo no resuelvo cómo aliviarla. Sólo pienso en dejarla ir. Soltarla. Largarla. Agito mis manos. Intento impulsarla a emprender vuelo. Pero, ella clava sus desesperadas garras en mis manos. Cada vez más profundo. Mis manos sangran. Ella abre los ojos. Levanta la cabeza. Me acusa. Quiere que sienta el dolor de su ausencia.