LA MANO DE DIOS
Cuando uno habla de "la mano de Dios", la gente piensa en Maradona y su espectacular gol a los ingleses en un mundial del fútbol, pero en realidad " La mano de Dios", es una ficción sobre los restos de Jesucristo, toda una trama de amor frustrado, de suicidio, de intrigas y mentiras por conservar la verdad que hasta el momento ha sido oficial dentro del cristianismo, que tanta sangre ha hecho correr a la lo largo de los siglos.
La imaginación no tiene límites ni religiosos ni históricos, la mejor prueba la tuve con la lectura de éste apasionante relato, que invito a descubrirlo, porque su autor Charles Templeton, nos envuelve desde el inicio en una ficción alucinante.
Está agonizando el Papa Gregorio VII, Vicario de Cristo en la tierra, obispo de Roma, sucesor de Pedro, líder espiritual de millones de católicos, patriarca de Occidente, autoridad máxima en el estado del Vaticano.
Una embolia le paralizó el lado derecho del cuerpo, además le produjo una afasia que le impide articular palabras claras, en los pocos momentos en que recobra la lucidez.
Sin embargo, Gregorio VII, vio la posibilidad novedosa, que Michael Maloney, octavo arzobispo de Nueva York, la sede católica de más prestigio en los Estados Unidos, rompiera la tradición de Papas Italianos. Quería legarle el Anillo del pescador. Paolo Rinsonelli, decano del Sacro Colegio de Cardenales, se encarga de realizar las intrigas necesarias, para que por primera vez un Papa americano, ocupe la silla de San Pedro, sin embargo un crimen, para salvaguardar a la iglesia de un descubrimiento arqueológico, lo lleva a que el mismo se margine de esta inmensa posibilidad.
El famoso antropólogo Harris Gordon, presidente del Departamento de estudios orientales de la universidad de Albright, descubre en 1968 una tumba judía del siglo I, en una cueva en kirbet Qumran, con un antiquísimo manuscrito que lo lleva a concluir que esos son los huesos rotos del redentor crucificado.
De manera clandestina saca de Israel, los restos y el manuscrito del apóstol Simón Ben Yehuda, a quien se conoce en el nuevo testamento como el Simón el Zelote, prueba que avala la autenticidad de los restos.
Ante la magnitud histórica del descubrimiento, decide callar mientras completa sus estudios y prepara un libro que promete conmocionar totalmente los conceptos no sólo religiosos sobre Cristo, sino las derivaciones que se han dado a nivel de la fe basada en la resurrección de entre los muertos.
Al único que confía sus evidencias es al cardenal Michael Maloney, amigo de la juventud y futuro Papa, éste teme por el daño que le puede causar Gordon a la iglesia, entonces lo engaña y lo lleva a vivir en su propia casa para que continue con sus investigaciones.
A medida que el tiempo pasa y Harris Gordon progresa en sus pesquisas y en su revelador libro, Michael, aterrado por el daño a los dogmas, planea un crimen perfecto. La condición de diabético y enfermo del corazón de Gordon Harris, le permite suministrarle una sustancia letal en uno de sus momentos de crisis.
Actúa convencido que es la mano de Dios.
Sin embargo no contaba con la actitud de su futuro yerno, el detective Copeland, quien de manera afiebrada toma el caso cuando el gobierno de Israel decide elevar una queja a las autoridades norteamericana, por sospechas de contrabando de material arqueológico, por parte del finado Harris.
Copeland inicia la investigación del contrabando de los restos arqueológicos cuando está a punto de casarse con Jennifer, la sobrina de Michael Maloney, pero el escudriñamiento, y sus progresos, van separando no sólo al detective de Monseñor, sino de Jennifer, que entra en una profunda depresión por defender la palabra de su tío.
Copeland, empieza a atar cabos en una investigación minuciosa, donde todo lo sacrifica por la verdad y contra todos, inclusive contra las presiones del cardenal, que logra que le quiten el caso, descubre el escondrijo con los restos de Jesucristo y los textos de Gordon Harris. Deja entonces una constancia para Monseñor, pero la que encuentra primero la carta es Jennifer, quien decepcionada ante las evidencias decide quitarse la vida.
¿Cuál fue entonces la falla de Michael Maloney?
Creer que la supervivencia del Catolicismo dependía única y exclusivamente de él. Llegó inclusive en su soberbia a pensar que Dios lo convocaba para salvar a la iglesia de la amenaza de los descubrimientos de Harris, que a lo mejor también iba tras los elogios de los hombres y estaba preparando un fraude desmesurado y definitivo.
Su temor a la controversia lo llevó a acabar con lo que realmente amaba, Jennifer.
Triste final, para Monseñor, que se retira por unos días a una comunidad en el desierto para orar.
Después de la lectura de este alucinante texto, concluyo que novelistas como Charles Templeton, que utilizan la imaginación como aventura del pensamiento, hacen de la literatura el más creativo e ingenioso de los oficios.
William H Ramirez P
2006
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