Perdido en una multitud fugaz que trashuma oscilante del trabajo a otros lados. Anonimato foráneo a la subjetividad propia de quien camina por las calles envueltas de carteles publicitarios incitando a comprarlo todo por poco dinero. Mensajes subliminales o explícitos se cruzan tan rápido como las personas que pasan juntas unas de otras, apretadas en un paquete de transporte llamado metro, sobre las caras y en el reflejo del vidrio estoy yo y tras de mi un cartel anunciando precios bajos, ofertas especiales, signo peso por todos lados, personas conocidas llamándome a gastar todo lo que tenga en el bolsillo.