Poco a poco
perdemos esa sonrisa ingenua
que solamente tiene una cara...
Y perdemos esa mirada de asombro
que se maravilla ante el todo y la nada...
Reemplazamos al sueño por cansancio,
las ganas por compromisos...
Dejamos,sin saberlo, que el mundo
nos regale una armadura...
Y vivimos así, bajo esa coraza...
Poco a poco disfrazamos de sonrisa
a una lagrima...
Y en vez de disfrutar las carcajadas
nos atamos a un suspiro...
Nos olvidamos del día y de la noche
y sólo recordamos el tiempo
por el paso de una aguja...
Cambia la forma de ver
y sobre todo la de aprender...
Cambia radicalmente la vida
cuando sin notarlo envejecemos
sin crecer...
Cuando creer que madurar
es deshacerse de la gracia
de mantener vivo y fresco a
nuestro niño interior...
Texto agregado el 04-01-2006, y leído por 175
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
04-01-2006
Madurar es saber disfrutar conscientemente de nuestro niño interno sin avergonzarnos de él . cuando_nieva_sobre_los_cedros
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