prototipos de mujer.
Un ángel femenino me convirtió en un minotauro. Nadie me cree. Que estaba loco y era pura imaginación. Pero era cierto, tenía cuernos.
Ella me engañó con un gorila musculoso. Era esperable, soy un espécimen raro y ella una hermosura, de ésas que pueden regodearse todo el reino animal. ¡Dios! Me da rabia, y no debo, pero me consuela saber que aquella relación igual fracasó. Ella lo dejó por un Macho Alfa mejor y ahora existe un nuevo goritauro. Nos pasó por desear una diosa angelical, con un cuerpo de yegua, pero que al enterrar mis sentimientos se hizo perra.
No, no creas que soy un resentido. La culpa es mía. Y sé, que importa más la belleza interior que la exterior, o por lo menos mitad y mitad. Pero ella, la tentación, con su disfraz me sedujo y no pude ignorar mi instinto animal.
Las parejas verdaderas son compatibles. Nosotros éramos distintos, siempre lo supe. Sabía que de nuestra relación híbrida nacería un germen maldito, un amor inviable que muere, que quizá de ella ni alcanzó a nacer. No es invento mío, es naturaleza.
Hasta que un día su maldición terminó, los cuernos se me cayeron y volví a ser hombre, cuando me enamoré de una sirena invertida, con cuerpo femenino y... Por fuera no era linda, pero su melodía interior me encantó ¡Santo Dios! La quería, y ella a mí como al mar, aunque a veces me ahogaba. Tuvimos unos lindos engendros y, sin razón, todo acabó y se fueron a vivir con su madre. Con razón quede solo.
Pero fui hecho para amar, registré el mundo, tuve amoríos con medusas, arpías y fieras. Mas sólo eran prototipos y no la hembra completa que buscaba. Que iluso, aun no existe para mí. Por eso estoy triste. Por favor ¡Santo Dios! Nadie duda de tu creatividad. Basta de ensayos, quiero luego una compañera y no me dejes volver a caer en la tentación, amén. Te lo pide tu hijo, Adán.
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