Un guiño de sal y perderme en tus ojos tiernos fue lo que el año nuevo me trajo. Tengo miedo de plasmarte en papel ¿si te comparto desaparecerás? pero fue tan dulce tu compañía. Le he pedidio al atarceder que pinte mi camino con tus colores.

Y hoy a ciudades de distancia de tí, me duele sentir que el olvido de los kilómetros borren mi recuerdo.

No era necesario que preguntaras, porque ahora ya creo en el amor a primera vista.

Volver a sentirte, que vuelvas a tomar mi mano y volver a flotar juntos en el mar... que la fogata que encendiste esa noche para mí, se mantenga encendida con la luz de las estrellas.

Eres todo lo que he soñado y apenas si sé tu nombre.

(No te vayas de mí tonejito)

Quien lea esto no debe confundirse, es la simple confesión de que me parece que he conocido a mi alma gemela, pero se me ha perdido. Talvez el rastro de lágrimas que ha dejado tras de sí, me guíe hasta él... y hasta entonces querido lector es que volveré a escribir palabras de amor.