Ella era joven y bella, su rostro reflejaba la inocencia de las doncellas de temprana edad, sus mejillas rosadas eran fruto de los cuidados de mamá, su piel blanca como el algodón, su cuerpo ligero y su mirada alegre, permanecen en la pupila de todos aquellos que la vieron esa tarde pasear...
Dicen que iba a jugar con las flores del parque, seguramente con los pájaros a conversar, ¡Era verano todos salían a pasear!. Buenos y malos todos disfrutaban de caminar.
El sol puede ser traicionero, el cielo puede callar por miedo a los hombre de cuya bajeza no quiere hablar.
Ella era joven y bella, pero esta tarde en su rostro reflejó la crueldad, voló en manos asesinas, que marcaron de sangre su dulce caminar, no volvió a casa, no volvió a los brazos de mamá, la recogieron del parque sin nada que alegar, el silencio marco su vida y la vida de todos los demás, con el secreto de una fechoría que algún día alguien ha de contar...