Cuando en el año 94’ Pearl jam se encontraba en una disputa legal con ticketmaster por el elevado precio que estos cobraban por los boletos era ingenuo pensar que llegarían hasta Sudamérica ya que apenas daban pequeños conciertos en E.E.U.U . Nosotros por una parte con el corazón dividido entre nuestra simpatía por el espíritu de su propuesta musical y valórica , y el deseo natural de verlos en vivo; estábamos realmente lejos de poder hacer algo por el asunto, salvo resignarse a observar como desde otro planeta el curso del juicio y comprar las ediciones italianas de conciertos en vivo de la banda que se vendían en el paseo las palmas (a precios aun mas ridículos que los ticket’s de ticketmaster).
En fin, pasaron los años y la adolescencia y la euforia del nuevo sonido, los bermudas militares y los calzoncillos largos se guardaron en el closet igual que las baquetas, los posters y los efectos d.o.d; Kurt se había pegado un tiro y Dave toca la guitarra en foo fighters ; a Lane lo encontraron muerto en su departamento después de varios días y chris se muda a California para transformar la rabia contra la maquina de Zack en esclavo del sonido. En fin muchas cosas pasaron durante estos largos años hasta que por fin y casi de la nada supimos la noticia de la gira sudamericana de Pearl Jam y su inminente visita a nuestro país, y muchos comenzamos a desempolvar los discos y los recuerdos (no tan añejos por lo demás) para correr luego a comprar el tan ansiado ticket; grande fue la sorpresa recibida en la boletería: “entradas agotadas”; claro los productores del evento habían posicionado el concierto para un segmento acomodado de la población olvidándose por completo de los antiguos seguidores y concentrándose en el periodo actual de la banda, bastante mas abajo en las ventas y la popularidad.

No solo P.J son sobrevivientes tambien lo somos los miles de seguidores del movimiento que mas que una categoría es una comunión de distintos sonidos y estilos para hacer frente a los tan nefastos patrones.

La demanda por boletos fue tan grande que los productores lograron una segunda fecha que se agoto tan rapido como la primera hecho que me llevo a pensar que la banda necesitaba un escenario acorde a la demanda como el estadio nacional, pero en fin ya estaba hecho y deberiamos enfilar hacia el bario alto, hasta San Carlos de Apoquindo (el recinto que mas problemas da por la alta convocatoria) y simplemente disfrutar de la musica y presencia de los miticos rockeros que por lo demas aun estan vivos.

La noche fue maravillosa, una suave llovizna nos acariciaba el rostro y en mi caso servia para ocultar las lagrimas que se me escapaban al oir Release. El ambiente era genial pero ni las galerias y la cancha estaban totalmente llenas como era de esperarse.

Mientras la banda tocaba Evenflow algo paso, montones de gente entraban corriendo a la cancha y eran perseguidos por la seguridad me encanta pensar que ese hecho aislado fue de alguna forma una especie de balazo disparado a la vieja causa del 94’ que si bien ya esta perdida dentro de un sistema mounstro que ya no nos da el placer de buen rock en M tv ni primeros lugares en los charts, nos da sin embargo la oportunidad de quebrarlo a nuestro estilo, casi insignificante pero con la certeza de que aun hay pasion.