- ¿Señor YHW-777? ¿Me puede decir que es lo que ocurre con el informe de su trabajo de evaluación?

Mi tutor tenía la odiosa costumbre de dirigirse a sus estudiantes del modo más impersonal posible, con el código de sus proyectos. Algunos hacían de asunto un chiste, e inventaban nombres con eso. Yo no tenía tiempo ni disposición para tal cosa, mi proyecto era particularmente complicado sobre todo en sus normas de presentación, y toda mi atención debía dedicarse al mismo, si no quería caer al nivel más bajo. Y lo digo literalmente.

- Bueno, verá usted señor… tengo algunos problemas con los requisitos de forma. Ya logré lo más importante: La calibración de la fuente de poder de larga duración, la creación de entorno biótico, la inserción de elementos pétreos para la simulación del proceso evolu…

- ¡No me atosigue con esas nimiedades que ya conozco! -Bramó el todopoderoso tutor- vayamos a las novedades y a los problemas… ¿o es que usted cree que no tengo más casos que atender?

- Esta bien –suspiré- ya logré que los testigos-control superasen el estado inicial de dependencia del entorno, y por ende, comienzan a modificar el mismo. Tuve que mostrarme inflexible con ese asunto, e ingeniármelas para insertar un elemento holográfico que les incitase a superar ese estado de dependencia primigenio, pero ya hace algún tiempo que eso ocurrió, y hasta ahora todo marcha bien, con la excepción de la eliminación parcial de uno de los miembros de la primera generación debido a…

- Bueno, bueno… (¿Cuándo iba a dejar el tutor de interrumpir a sus subordinados? Por lo visto, nunca) me alegran tus progresos, pero espero leerlos en el informe, recuerda que por las características especiales del experimento, el mismo posee unas normas de redacción estrictas e incuestionables.

- Si, si… -me apresuré a añadir- ahí es donde tengo problemas. No logro despojar al informe del vocabulario científico, que es uno de los requisitos, ni adaptarlo a las ampulosas formas del código lingüístico del entorno experimental.

- Pues hoy esta usted de suerte. Tengo aquí al supervisor de su experimento, el híbrido MSH-10 que es experto en redacción bajo códigos lingüísticos metafóricos y adaptados a patrones de razonamiento primitivos. Explíquele su proyecto y el le ayudará a redactar el informe. Lo conseguirá en el salón contiguo. Mucha suerte, joven; y tenga la bondad de cerrar la puerta al salir.

Ya de cara con mi supervisor, resulto ser más agradable de lo que creía. Experto y humilde, escuchó con atención mi experimento y, presa de un ataque de entusiasmo me espetó:

- Usted, tome nota de lo que le voy a decir. Ya tengo en mente el modo en que debe empezar su informe. Imponente, solemne y estremecedor, para que sea debidamente aprovechado por los productos finales de su experimento. De lo contrario, no será fácil controlar los códigos de conducta de los controles del mismo. De hecho, para garantizar este punto, yo mismo me proyectaré en el contexto biótico de su proyecto, y transferiré ciertos patrones a los elementos experimentales del mismo; por supueso, sin quitarle a usted un ápice de mérito por la autoría del mismo.

- ¿Está usted seguro, supervisor? Estaba boquiabierto y no podía creer el increiblemente ventajoso ofrecimiento que me hacía el viejo Moshé (que así era conocido el supervisor)

- Totalmente, YHW. Anote allí “Al principio Dios creó al cielo y la Tierra…”