Señor Pascuero:

Qué vida, uno preocupada de las fiestas de fin de año y Usted trabajando horas extras enfundado en un traje inapropiado para esta época del año donde la temperatura no baja de los 30º a la sombra, me imagino que usa calzoncillos de algodón de lo contrario su cuerpo padecería daños localizados en el mismo sitio donde la espalda pierde su nombre y las hemorroides deben ser un asunto difícil de combatir; y qué decir de la competencia. No ponga cara de extrañado, si me doy cuenta la disputa que tiene con los Reyes Magos que intentan cambiar la tradición en mi país: Chile, créame que a nosotros siempre nos dijeron que Usted es quién lee las cartas y establece los vínculos comerciales necesarios para que las grandes tiendas pongan en venta los productos de moda; lícito o no, no cuestiono para no restarle la magia a los hechos y por último si usted recibe alguna comisión por ello (por pasar el dato) bien sea, su trabajo es agotador.

Este año tengo no quiero pedir que TRAIGA, quiero pedir que se LLEVE. No frunza el ceño, si no es tan descabellado además de vuelta va con el trineo vacío.

Yo quisiera pedir que se lleve la mala onda esa que provoca discusiones sin sentido, ofensas y malas intenciones. También quisiera que se lleve la falta de humor, las necedades, la falta y el exceso de juicio (los justicieros que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio). También llévese el déficit atencional de los ávidos de captar la atención como sea.

¿Lo estreso?, perdón. Mientras redactaba la carta pensé que si quiero pedir una pequeña cosilla para mi país: Sensatez y una dosis fuerte de reactivador de memoria previo a la elección presidencial. Se me olvidaba, por favor, llévese al duende que huyó de la empresa de juguetes, ese enano solo sirve para hacer dinero y tenga cuidado que si Usted se descuida capaz que lo venda.

Gracias y se que con más de algo me cumplirá.