Sentado en una banca de un parque cualquiera, miro como la gente pasa sin observarme siquiera, siento como el viento frio de la noche hiela no solo mi cara sino mi mirada, todo se ve pasar en cámara lenta, no hay una diferencia entre tiempo y espacio, las lagrimas me brotan sin razon aparente, me percato de eso porque siento que se deslizan gotas heladas por mi faz, levanto mi mirada y veo las estrellas que alguna vez vimos juntos y siento el abrazo de tu mirada, pero luego veo que es solo ilusión, comienzo a caminar entre una multitud de extraños que me chocan y me empujan, a lo lejos se oye una vieja balada setentera que me recuerda como odiabamos esa música.

llego a la avenida y veo una luz que se acerca y se detiene justo antes de atropellarme, algo me gritan y no se que es o al menos no me importa, me dejo caer sobre el anden, pienso y no encuentro el porque de la negativa de la vida de permitir que te ame o ¿que me ames? (nunca se sabe que pasa al otro lado del dolor), pero lo que si es cierto es que ahora no estas conmigo y te extraño tanto, han pasado solo unas horas y ya me haces falta, como un demonio, por que tenia que hacerlo de nuevo, era tan feliz cuando no amaba, en realidad duele y duele más cuando no puedo estar contigo.

vuelvo y camino no se donde voy, no conozco este lugar y de pronto de la nada surge de nuevo un auto, escucho un pitido de fondo que no logro identificar, el sonido se acerca y no logro moverme, siento un choque que me hace volar, todo empieza a nubarse, la niebla blanca me envuelve y caigo, oigo gritos lejanos, más bulla y todo es negro, ahora el dolor se ha ido, la sensibilidad desaparece pero el dolor que me causas aún persiste.