(Corrección y Estilo)
La comunicación se considera como una de las primeras necesidades de los seres vivos. El ser humano no es la excepción y así emprendimos la aventura de la lingüística, saliendo de un lenguaje gestual y oral nos adentramos en el escrito
Paredes
hojas o cortezas
cueros o pieles
ostracos
hojas de papel
libros manuscritos
¡imprenta!
Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Maravillas audiovisuales
Los Pcs
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
. Internet
...
Necesitábamos registrar nuestros antiguos versos con rima, aquél recurso que impedía que olvidáramos las historias que dibujábamos en el aire, una y otra vez, de generación en generación, dando inicio a la poesía primitiva; la misma que luego mutó y quedó registrada desde las epopeyas hasta hoy en día.
Qué fácil es evocar aquellos términos que la onomatopeya nos permitía traer a nuestra mente fácilmente. Moviéndonos entre el concepto y la imagen acústica, encontramos repentinamente las pa-la-bras. Pero, había que codificarlas, entonces los fenicios lo hicieron por el resto. Primero las vocales, luego las letras, y después
..había que representar de alguna manera al hombre en su entorno. Grecia lo hizo muy bien, y los hombres que celebraban las fiestas al Dios Baco, utilizando máscaras y coturnos dieron inicio al teatro, aquél que se plasmaba en tiempo real.
Nos desplazamos entre paradigmas teocéntricos y antropocéntricos y de un par de estrellas cayeron el cuento y la novela. Por eso, tomo mi arma y despedazo las cartas de amor declaradas como cuentos, como si el género epistolar no hubiera existido jamás, reduciendo así a cenizas las cartas de Pedro de Valdivia y de Hernán Cortés. Es para mí, sólo un sádico juego, el mismo que magistralmente practicó el Marqués de Sade en sus encuentros eróticos con la novela.
No más confusiones...
¡Al cuento lo que es del cuento y a la misiva lo que le pertenece por derecho!
©® Carolina Aldunce |