El silencio cuando se dilata se espesa, raro material de insólito comportamiento.
El paseo por el parque en este día que se acaba ha sido agradable, viento lluvia y frío no eran sino estímulos para mis sentidos.
Millones de hojas se precipitaban de los árboles y sembraban el suelo con todos los tonos de ocre y marrón.
Era raro cruzarse con alguien, los caminos y recovecos estaban desiertos, bancos con una capa de agua esperaran momentos mejores para recoger los cansancios de los paseantes.
Mujeres y niños habituales en la zona de juego y arenal estaban ausentes, sequé un banco y me senté, en ese momento pude agudizar mi vago oído y fueron apareciendo ruidos y murmullos.
Una hora bajo el paraguas en un banco con la mente en blanco con frió y era feliz.
Texto agregado el 31-12-2005, y leído por 131
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