Mi vida es pequeña
y gigante a la vez:
en vos empieza
y se acaba.
En este instante
podría sentarme
quieto y sereno
a saborear
toda la paz de la noche,
si no fuera culpa
de este cuerpo mío
que no domino
y no deja de temblar
mientras te pienso.
Texto agregado el 30-12-2005, y leído por 505
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