Lo convencí que la dignidad en una persona lo era todo; que el engaño sonaba tenebroso ante los seres; de mi tranquilidad al mirarlo a los ojos bajo esa verdad del alma. Lo persuadí sobre ética y moral; de mis sentimientos puros junto a la nobleza del espíritu; que nunca podría estar con otro mientras lo amara... Hasta que dándome la razón, siguió siendo fiel a su esposa.