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ESTRELLA SOÑADORA.
Mariana, miraba extasiada el Festival de la Canción de Viña del Mar; era la primera vez que estaba en frente de un televisor.
En su pueblecito sureño ni siquiera había electricidad, apenas la escuelita rural donde aprendió las primeras letras, y la pequeña iglesia , donde deleitaba a los sencillos feligreses entonando cánticos sacros cada domingo; aquellos que le enseñaba su abuela, mientras juntitas pelaban papas para el almuerzo.
Ahora en la Ciudad Jardín pudo mirar el certamen del que su profesora les contaba en cada inicio del año escolar.
Habían pasado cinco años , ya no asistía a la escuela, ya no había más cursos...
La señorita Lucrecia que sola atendía de primero a cuarto básico con todos los niños metidos en una barraca, pobre remedo de una sala de clases, le había enseñado todo, hasta a firmar que:
-Que nunca está de más- le había dicho.
En este famoso balneario al que llegó después del fallecimiento de su madre, Mariana se puso a trabajar con gran entusiasmo con su tía Adela, gestora de su incorporación a la empresa que aseaba la Quinta Vergara.
-Nos vamos a ir antes- le había dicho.
-Así podis ver una colita del Festival.
La provincianita miraba extasiada la presentación de los artistas sobre el escenario, admiraba el vestuario de las mujeres y se dejaba llevar por la música tarareando los contagiosos arpegios.
Cuando todo quedó en silencio, como veinte mujeres se pusieron a hacer lo suyo: limpiar y limpiar. Mariana lo hizo sobre el escenario.
Con balde y trapero giraba sobre él, lustrando, bailando y cantando.
"Cantando frente a veinte mil personas que se deleitaban con el timbre de su voz y aplaudían su elegancia.
Cuando hizo la reverencia de saludo, el público de pie y enfervorizado la aplaudía. Entonces Mariana voló hasta el cielo, saboreando su minuto de fama.
El chicharreo del televisor la despertó.
Había concluido la transmisión...
Sientió al gato de su tía echado sobre el yeso que aprisionaba su pie lastimado, apenas al tercer día de trabajo al resbalarse aseando el escenario de la Concha Acústica.
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Texto agregado el 29-12-2005, y leído por 582
visitantes. (6 votos)
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Lectores Opinan |
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20-06-2012 |
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Escribes con alegría, envuelves al lector en una atmósfera ágil y sentimental. ***** y un abrazo. girouette |
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12-06-2012 |
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A esa edad se camina por el aire, se vive lo imposible, y se tropieza con muchas piedras. Para el que ha vivido la extrema pobreza el sueño es su mayor consuelo. La imaginación es un don divino que llena cualquier vacío. Sin embargo, la protagonista tiene talento musical. Se ha dado una coincidencia entre su talento, el accidente y el escenario. Tal vez, esa experiencia marque su destino en una u otra dirección. De la musica, la mayoría no puede vivir. Saludos.
fragoncum |
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01-06-2012 |
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Derrochas imaginación, en este tu primer cuento en la página. Idaluz |
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12-04-2012 |
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La historia me llevo a repasar en mi memoria los pasos interiores que siguio la propiedad Vergara, antes de convertirse en tan conocido lugar. Su desarrollo esta muy vinculado a la vida misma de Valaparaiso. Bonita historia, un gran sueño, como la misma literatura... sayari |
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25-03-2012 |
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LOS SUEÑOS SON REALIDADES INCONCLUSAS, ES NUESTRO DEBER CRECER EN ELLOS PARA QUE SE TRANSFORMEN EN EL SUSTENTO DE NUESTRO FUTURO buenafatima |
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