MUL ÁNIMA : ÁNIMA MULA

Leyenda de culpa


En mi país, la Argentina, la provincia de Santiago del Estero se destaca por sus preciosas leyendas. Me permití hacer una versión propia de una de ellas, respetando cuidadosamente sus elementos fundamentales.
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...dónde antes se hincaban con alguna espina el pie y, quedaban sin sacársela diciendo:

“Diosito lo ha permitió y no me’i de sacar porque me ha’i castigar”... *



Cuentan los lugareños que en noches cerradas, cerca de las tres de la madrugada de martes o viernes, se oye el llanto desgarrado de un alma en pena que quiebra el silencio del monte y, mete miedo en las casas espantadas.

Una mujer condenada por sus culpas de pecado reciente, vaga su ánima transformada en blanca mula alada y hueca... cabeza, alas, cogote, solo dos patas delanteras.

De vuelo rasante galopa sin tocar el suelo, con llamas que incendian el viento desde su boca cocinera. Entre dientes arrastra cadenas pesadas, de eslabones gruesos como su condena.

Por desear lo prohibido, cabalga el incesto con lujuria e instinto ahogada en angustia de arrepentida. De carne cruda se alimenta, nunca de pan que la asquea y, tiene sed que llora y busca redención que no llega.

¡Alguien deberá iniciar el sacrificio que la redima!..

Una de esas madrugadas un gaucho corajudo y sereno se tiende sobre la Tierra a la espera con el facón filoso entre dientes.

Mezcla aturdida de gritos y llanto, sabiéndose espiada, se acerca aumentando los destellos del fuego como si pegaran cascotazos a las brazas. Llegado el momento, saltando frente al salvador baja la cabeza de mula y la ofrece como burrito pequeño y manso.

El hombre de un salto, cuidándose de no quedar ciego, corta sus orejas de un tajo mientras las sangre a borbotones castiga y purifica, rompiendo el hechizo, transformándola en mujer nueva.

Merecida, con la herida que aún sangra la hace suya, fecundándola. Liberada la mujer, lo sigue por el camino sumisa para él, fiel y placentera.



* De magia, mitos y arquetipos. Teresita Faro de Castaño


Liliana Zwetschek