Caminante no hay camino ni huellas para tu asombro dibuja el destino en un pétalo despliégate en multitud de andares. Caminante no hay camino ni estrellas en ese cielo sólo rosas encarnadas en un jardín desolado. Piecesitos de niño hurgando el silencio cada dedito, una pregunta cada arista, una respuesta. Piecesitos anclados en la fértil inocencia pasos de caramelo que conducen a los sueños Me gusta cuando callas porque sé que me contemplas y son tizones desnudos tus pupilas para horadar mi pecho furtivo. Me gustan los ecos dormidos de tu palabra eclipsada son acentos prisioneros que emergen en forma de besos...
Texto agregado el 29-12-2005, y leído por 345 visitantes. (2 votos)