Por el largo pasillo de miradas vacías
tus manitos reparten los naipes de la vida
A los que ni se inmutan dejas en su regazo
esa lagrima seca de tu infancia perdida.
y el ritual silencioso de tu siembra inútil
va cotándole ramas a tu árbol de sueños.
¿Qué memoria de manos guardará tu retina
cuando por los rincones acurruques cansancios?
¿Qué rictus de amargura suplirá la sonrisa
que por derecho propio a tu edad corresponde?
Yo sé que no te sirve mi verguenza
cuando enfrento el oscuro
ventanal de tus ojos
y se que no te alcanzan esas pobre monedas
con las que intento. creo,
acallar mi conciencia.
También soy transeúnte
de un tiempo indiferente
en este territorio de egoismos
y te debo el coraje, la humildad y las ganas
de extenderte las manos
postergar nis asuntos.
dedicarte ni tiempo y salir,
andar juntos,
hablarte de estas cosas.
Decirte, por ejemplo
que es posible salirse.
Que es posible el amparo,la comprensión, la caricia.
Y que si vos y yo queremos,
y si otros también quieren
Tal vez...a lo mejor...¡quién sabe!
La Navidad algún día
deje de ser tan solo
esta lágrima seca
de tu infancia perdida.
Texto agregado el 28-12-2005, y leído por 111
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
29-12-2005
DULCE Y TIRNO CONMOVEDOR elidaros
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