El ojo el cielo que ya no sabe,
mido la distancia entre mis ojos silvestres
y el campo de árboles en la llanura.
Preveo la Caída,
el cor uno de las hojas que caen acerca de mi abrigo verde;
el acento de las flores que amortiguan
el mi salto de hoja frágil en la hoja frágil:
de una ninguna cosa clara
que se transmite entre el cielo y la tierra
por la tecnología que el mío dolió no se siente.
La vida en que yo me entrelazo
los dedos heridos por las espinas agudas,
los vestigios de ramas rotas en el mundo
de un grillete con el olor de gasolina.
La noche a través de de millares
de luciérnaga gigantesca: cuadrado, rectangular,
dispersado. Inflamado. Embote.
Las montañas líquidas
que queman la piel descubierta
que él mismo avizinha
en las cuestas devastadas por las tempestades.
Para nevar de los labios.
Yo lo Enfrío en el cuerpo.
Los ojos que rompen el extraño de la noche
en una calle de hierbas
sumergidas en el sombrío cubre de escarcha.
¿La locura? ¿El delirio?
Suavice correr de veneno en las venas bloqueadas del alma.
El monóxido de carbono, la tos.
¿Una otra una arruga de la senilidad,
otro cálido de la sonrisa en las mañanas de raso?
Las palabras en el embaciado de botella de un coche,
los papeles que vuelan quieren pájaros del lugar en el lugar.
El puente de los sueños. Noble. Inquieto.
¿Vitorea arriba? ¿Triste?
El hogar de campo que agota la leña en la chimenea.
Un abrazo junto al cemento pintado con tinta blanca,
del interés de adentro. El deseo, el amor, los delirios.
Ritmos y más ritmos. Ellos se apresuraron lento. Propiedad.
Las caras cerraron. Frío. Calor. Sol y Luz de la luna.
Las nubes del fuego en el horizonte
que llama la carta en la izquierda de ombligo
por el idioma caliente de un segundo. Soy y yo no soy.
Pero yo me siento. Qué necesidad que es. Y veo.
Y no hay quién ve. Y oigo. Y no hay quién oye. Y ando.
Y hay quién no anda. Y yo aliento. Hay quién ya cerró los párpados. Fin. Y huele. Y hay rimas que ya no tiene el perfume.
Giro alrededor. Lloro. Grito. Oro.

Doy los cuadrados a la felicidad. Zambullo en la desdicha. Abrazo el silencio. Doy la mano a la nostalgia. Caeré una lágrima de la luz. Dondequiera sea, dondequiera algo sucede. Usted es. En cualquier clase de mundo que Pertenezco