(...)conciente o inconscientemente, sabemos que nada es absoluto, y que no todo es relativo.
No hay verdades; tampoco mentiras.
No hay Cielos; tampoco Infiernos.
No hay amores; tampoco odios.
No hay luz; tampoco oscuridad.
No hay Dios; tampoco Hombres.
No hay vidas eternas; tampoco muertes eternas.
No hay Infinito; tampoco existe la Nada.
(...)
Luego vendrán las explosiones, desertarán los soldados y caerán los imperios. Y la nena con su globo naranja va a llegar al cielo de su rayuela.