tecleando un manuscrito de don jose santos, siento el hormiguear en las yemas de mis dedos, la super sensibilidad, supongo que es por el vino, como si ese lugar absorviera para si el contenido de botellas vacías que yacen a la vuelta de mi dormitorio boca abajo y se acumulan diariamente.
en su codicia se adjudican solas la embriaguez y mirá hasta ahora y sin descanso me incitan a seguir escribiendo. Las únicas maneras de desviar su atención son:
1. otra botella de vino o
2. tu presencia.

ya me cansé de estar aqui, voy al refrigerador por otra de vino, vos no vas a llegar nunca.