Llenandose de valor tomó el ramo de rosas, recien compradas. Seis rosas rojas y dos blancas. Lentamente se puso de pie. Con movimientos fríos y atóxicos emprendio camino.
Sería su última oportunidad, el destino lo queria así. La desperación aumentaba en cada paso, el aire se escapaba de su nariz y sus manos ya no sentían el clavarse de las espinas en su piel.
En el infinto trayecto hacia ella , paso a llevar a una señora con un bebe en sus brazos, un señor de maletin con un teléfono celular comiendosé su oreja. Todo esto ocurria mientras ella aparecia y desaparecia de su vista, todo mientras se acrecentaba su desesperación y la adrenalina, que inundaba un travado mar de rojo.
Estaba a solo 3 pasos, cuando su cuerpo se detuvo de súbito. Su corazón se destroza en fragmentos. ¿De dónde aperecío él?, no lo sabe, pero se da cuenta que demasiado tarde llego. Él besaba a su dulce sueño en los labios.
Deseperadamente busco resuestas, ideas de que hacer, miraba para todos lados en busca de algo en donde aferrace, se sentió un naufrago en aquel vespertino oéano.
Humillado, herido, destrosado.
Ella ya no estaba, quizas habian pasados siglos, durante el tiempo en que él se mantenía sin reacción.
-Disculpe, éstas flores son suyas - inquirio la mujer, sosteniendo las flores con una mano y la escoba con la otra.
-Sí, pero quédeselas -
-Oh,gracias- |