Viernes 24 de Diciembre, 23.50 horas.
¡Fiona! ¿Fiona?¿Dónde estás? No puedo soportar otra pesadilla antes de Navidad, sin ti, escondido en mi absoluta soledad.
Te has marchado otra vez. Seguramente estarás festejando con tu familia. Y yo aquí ... sin poder compartir mi pesar.
¿Por qué me abandonas en esta noche tan especial? Te necesito más que nunca, te extraño como si fuera la primera noche sin ti, sin tus ojos, sin las caricias de tu voz.
¿Cómo puedes olvidarte de mí, tu eterno compañero? El que lee tus cartas de amor, el que conoce tus más íntimos secretos, el que se estremece con el rocío de tu llanto.
Vibro al recordar el suave tacto de tus dedos , la cercanía de tu aliento y el aroma de tu café, que más de una vez se enfrió a mi lado.
En la oscura soledad de tu cuarto todavía se puede escuchar el eco de aquel desesperado llanto, en ese angustiante instante en el que te dijo que no. La remembranza de aquel ingrato momento que se hace eterno y el daño que provoca su mirada flotando en el adiós.
Te vi arrastrando tu cuerpo hacia la cama, enferma de tanto llorar, enterrando entre sábanas blancas el cadáver de la novia olvidada, despojada de todo brillo y vacía de todo esplendor.
Anhelé tanto ser el gran pez que se devora todo lo que te lastima, todo lo que daña tu delicadeza, tu ser.
Perdida en el ojo del huracán, que todo lo arrasa, tardaste muchos días en juntar las fuerzas que te pusieron otra vez en pie, fueron interminables las noches de amargura, hasta que decidiste arrancar de tu vida el velo del dolor.
Eternas jornadas de sigilosa vigilia alimentándote con sopa de almejas, jugo de escarabajo y las espinas del desconsuelo.
¿Cuántas veces posaste tu mirada en mí? ¿Cuántas veces tus dedos me acariciaron? ¿Cuántas veces recorrimos el calvario juntos?
Te miro cada día, cada noche. Intento comprender lo que te hace reír, lo que te hace llorar. Sin embargo, no te puedo encontrar detrás de tus anteojos. No logro llegar a tu corazón que esconde tu aflicción. Esa es mi derrota más profunda: no poder alcanzarte ...
Yo no sé si los androides sueñan con ovejas eléctricas ...lo que sí sé es que las computadora tenemos sueños de amor sin cumplir.
Sábado 25 de Diciembre, 00.10 horas. Aún te extraño. |