Metro Quinta Normal 09:00 AM
- A partir de este momento, comienza el horario de tarifa unitaria rebajada.
Un nuevo día de trabajo y un nuevo ingreso a esos fríos y oscuros túneles que nos saca, de la tranquilidad de nuestra casa, a la intranquilidad de nuestro trabajo. Con las mismas expresiones duras en los rostros de los pasajeros.
El día anterior había sido nefasto. Me despidieron …¿la justificación? – necesidades de la empresa-. ¿Pero cómo?.. 10 años de entrega para que te despidan sin una razón lógica...
El que esté tomando el metro a esta hora es simplemente porque me olvidé que me habían despedido... pero ya estoy aquí... sentado en el último carro del metro, sin rumbo definido.
La Camila no tiene idea que me echaron, por lo menos con el finiquito podré vivir un par de meses... ¡Mierda que tengo rabia!
Un niño vestido de escolar, con camisa blanca, corbata azul, pantalón gris, zapatos opacos sin lustrar, con un morral pintarrajeado con Liquid Paper, va sentado unos asientos más adelante... se nota que está triste… se nota que su vida también es una mierda…
Metro Ricardo Cumming 09:06 AM.
Nicolás está decidido, ya no soporta la presión, sus padres nunca lo aceptarían, seria una vergüenza para ellos... además, estudia en un colegio católico, seguramente sus padres lo sacarían apenas lo supieran y lo separarían de Sergio.
Las lágrimas ya no las puede contener, debe tomar una decisión…
Sube una pareja, ella está embarazada, pero no quiere sentarse, el rostro de su acompañante es duro, como de rabia, esa rabia que es dañina, que se nota en las mandíbulas apretadas, esa rabia que tensa el cuello y que es incontrolable. Ella... ella lleva su cabeza agachada, unas lágrimas caen de sus ojos mojando su vientre, se siente un leve sollozo, como un lamento. Él le dice algo en voz baja y el llanto se detiene...
Nicolás sube corriendo las escaleras, busca la salida desesperadamente, corre hacia la calle, se detiene por un instante... respira profundamente, como si fuera el último. Se acerca a la reja que, para él, divide la vida de la muerte. La trepa lo mas rápido que puede, mira los autos pasar por la carretera que está a un costado del metro. Duda por un segundo, pero al final se lanza... en su caída sonríe, con esa paz de saber que ya todo estará bien, que ya no sufrirá más…
Metro Santa Ana 09:15 AM.
Con la Camila tenemos planes de casarnos. Con esto, tendremos que aplazarlo, ¿quizás hasta cuando?.
- ¿Aló... Antonio?
- Hola mi amor...
- ¿Llegaste al trabajo ya?
- No... voy en el metro...
- No te olvides de preguntar por las argollas...
- No te preocupes Camila... lo haré...
Qué cresta le digo… con lo difícil que está encontrar trabajo.
- ¿Aló... hijo?
- Hola viejita.
- Hijo... tu papá...
- ¿Qué le pasa a mi viejo?
- No está muy bien...
- ¿Que le pasó?
- Hijo... le encontraron un tumor.
- ¿Qué?... ¿qué onda? ¿Cómo?
- Eso, un tumor... los exámenes dirán si es benigno o no.
- ¡Mierda! ¡No!
- Tranquilo hijo... esperemos qué dicen los exámenes.
- Hoy voy a tu casa, viejita... Nos vemos ¿ya?...
- Ya hijo... te espero...
Metro Plaza de Armas 09:24 AM.
Sofía conoció a Luis en una fiesta y se enamoraron apenas se conocieron. Todo iba bien hasta ayer… cuando Luis supo por boca de la propia Sofía que el hijo que esperaba no era de él. Sofía se lo confesó porque no aguantaba más la culpa. Tenía que decirlo. La rabia de Luis se le notaba en la mirada.
Bajaron del metro para dirigirse al control de Sofía. Luis la miraba con desprecio. Ella cubría su rostro con sus cabellos... la vergüenza, la pena, el dolor en su corazón. Ella aún lo ama, pero sabe que esto no terminará bien…
Con siete meses de embarazo, Sofía ya camina más lento... Luis apura el tranco y Sofía se va quedando atrás. En un instante, algo se rompe en ella… algo no está bien ... un dolor intenso. Un guardia que se encuentra cerca la ayuda a mantenerse en pie... la llevan a la enfermería. Luis toma su mano con algo de distancia... la rabia no lo deja sentir algo más. Ya en el lugar, las contracciones se hacen cada vez más continuas. No hay tiempo de llevarla a un hospital. Luis a su lado observa, sin hacer nada… impávido, blanco, asustado como un niño. Una auxiliar del metro la ayuda, le indica qué hacer, hasta que en un impulso, con todas sus fuerzas, el niño nace... pero no tiene reacción... No quería venir a este mundo, no quería sentir el rechazo de quien sería su padre... Sofía lo ve y llora desconsoladamente. Luis se retira, callado, triste, dolido... aquel niño no llegó a conocerlo y la rabia se fue junto con él.
Un anciano sube al mismo carro en el que voy, camina lentamente afirmándose de cada fierro, dando pequeños pasos. Se sienta a mi lado, debe tener unos 80 o más. Sus manos manchadas tiemblan sin parar, lee un diario, me hace pensar en mi viejo. Las ropas del anciano son grises, gastadas. Tiene un lápiz en el bolsillo de la chaqueta y una pequeña libreta. Saca ambos y anota lentamente unos números, logro ver que dice “pensión”... cincuenta mil es el número. Me pregunto: ¿vivirá con eso?
Metro Bellas Artes 09:30 AM.
Alcanzo a divisar al gerente de mi empresa. ¿Que hago? ¿Me acerco a él? Ni siquiera me debe conocer. Es un tipo altanero, mirador en menos, en la empresa todos le tienen mala, pero es mi única oportunidad. Cuando baje, le hablo.
El anciano me mira extrañado, extrañado de que hable solo, pero no le da mayor importancia, sigue sacando cuentas, la paz en su rostro me calma. Lo miro y en su rostro veo a mi padre.
- Camila, otra vez tú…
- Hola amor.
- Hola... qué pasa ahora…
- Nada... te quería decir que hoy voy a probarme el vestido de novia.
- OK Camila... hablamos más tarde, ¿ya?
- Qué te pasa... te noto extraño...
- Nada Camila... ya no me hinches más… ¡Chao!
Metro Baquedano 09:37 AM
- Metro estacion Baquedano.. Combinación con Linea uno.
Don René había cobrado la pensión aquella mañana. Esos cincuenta mil pesos le alcanzarían para comprar algo de mercadería en el almacén de la esquina y guardaría un poco de dinero para poder ir a ver a su mujer… para llevarle flores y acompañarla un momento. Pero aquel día en especial, se sentía más cansado, más débil, los años caían sobre su espalda. Caminó lentamente hacia la salida del metro y, en cada paso, un dolor leve pero molesto se hacía presente en su pecho.
La Señora Josefina había fallecido hace tres meses. Murió en los brazos de don René. Se durmió para no volver a abrir más esos ojos azules que habían conquistado su corazón. Ella era mayor que él. Era frágil, fina, muy dedicada a su hogar, siempre pendiente de él. Pero ya no está y dejó a su “viejito”, como solía llamarlo, solo.
Al llegar a esa escala interminable, el dolor se hacía más constante. Peldaño a peldaño fue subiendo, así como subia la intensidad del dolor. Solo faltaban dos escalones, eran los últimos… pero no pudo. Se sentó a descansar, cerró sus ojos y vio a Josefina.
Al cabo de unos minutos unos guardias se dan cuenta de la presencia de Don René, dormido en las escalas, sumido en un sueño del cual no regresará. Al percatarse de esto, los guardias lo revisan buscando alguna identificación. René Augusto Morales Villegas, RUN. 2.426.721-0, una pequeña libreta, una colilla del seguro, cincuenta mil pesos y una foto... la foto de una hermosa mujer, vestida de novia, sólo eso llevaba don René en sus bolsillos... aquellas cosas eran su vida…
Metro Baquedano 09:40 AM
Hay mucha gente agolpada en una de las escalas que da a la salida.
Joaquín, el gerente de la empresa, se dirige hacia la salida de la combinación con la línea uno... Lo sigo a un par de metros, no se ha dado cuenta, subo al mismo carro que él. Lo último que pensé hacer fue humillarme, rogar para que me volvieran a contratar, pero no me queda otra. No quiero perder a la Camila, ni menos perder a mi padre.
Pienso mientras miro a Don Joaquín... ¿qué decirle?... ¿cómo abordarlo?.
Se me pierde entre la gente, corro para ver si lo alcanzo... ahí va... Hace combinación con la línea uno hacia Escuela Militar. Logro subirme a su carro. Es mi única oportunidad.
Metro Salvador 09:46 AM.
- ¡Don Joaquín! ¡Don Joaquín!
- ¿Qué quiere?, ¿quién es usted?
- Bueno, usted no me debe ubicar, yo trabajo en su empresa.
- ¿Aja? ¿Y dime, qué se te ofrece?
- Lo que pasa don Joaquín es que…
- Espera, caminemos a la empresa, así podremos hablar en mi oficina.
- OK… Caminemos.
Metro Salvador 09:46 AM (un mes después).
- ¿Aló?…
- Aló… ¡Hijo!
- ¡Vieja! ¿Qué pasa?
- Tu papá…
- ¿Qué le pasó a mi papá?... ¿está mal?
- Tu papá murió hijo.
- ¿Qué estai hablando vieja? ¡¡Nooo!!
- Sí hijo, no soportó más... los dolores... los tratamientos...
- ¡Vieja, me voy a tu casa al tiro!
Estación Terminal
La Camila y yo ya no estamos juntos.
Don Joaquín, al escuchar mi problema, me recontrató.
A mi viejo se le declaró un cáncer. Con el sueldo del mes tenía pensado pagar los tratamientos... pero fue tarde... su cuerpo no resistió los dolores. Fue todo muy rápido.
El día que falleció mi viejo, encontré un diario en el metro, que era de hacía un mes atrás. Estaba escondido detrás de unos asientos. Una de las noticias me llamó la atención: “Extraño día en Santiago: tres muertes en el metro. Joven estudiante se suicida, mujer da a luz un bebé sin vida y anciano es encontrado sin vida en las escalas del metro. Todo ocurrió en diferentes estaciones del tren subterráneo, entre Estación Metro Quinta Normal y Estación Metro Baquedano.” ¿Habrá sido aquel chico triste del vagón el que se suicidó? o ¿habrá sido esa mujer triste y embarazada, la que dio a luz? y el anciano... ¿habrá sido ese de ropas gastadas y la pensión de cincuenta mil pesos? . Pensé... quizás yo debí haber estado dentro de este articulo de este viejo diario.
Tiller
En las sombras
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