Inicio / Cuenteros Locales / merodeador / Colillas I
Me desperté en la cama atado de pies y manos con vendas.
El hospital olía bien, las flores de las visitas se amontonaban en las puertas de los pasillos donde al final se marchitaban.
La noche llamaba a la muerte y recorría los pasillos con el ruido metálico de la camilla para amortajar.
Dormitaba durante el día los ratos que podía con el fin de pasar la noche despierto.
Deambulaba por las salas como alma en pena y recorría las plantas buscando colillas en los descansillos de los ascensores.
Fumaba escondido en el hueco de la escalera de la última planta.
Robaba.
En esas excursiones nocturnas, cuando me sentía más valiente, quitaba a los terminales los goteos de morfina y se los cambiaba por agua. Lo que robaba de esa manera se lo cambiaba a los yonquis por tabaco y golosinas.
Puta y mil veces puta esta enfermera chivata que me pilló y me ató a la cama, seguro que se lo dice a mis padres
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Texto agregado el 21-12-2005, y leído por 126
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