Cuando las gacelas dan el salto, se quedaba la imagen congelada y durante varios frames se giran a la cámara y sacan la lengua, una detrás de otra, menos la decapitada.
Daba igual el grosor de la cobertura de chocolate que tuviera el helado, a la gacela decapitada se le terminaba escurriendo por la pezuña, le gustaba el de trocitos de arroz inflado.
No se de donde saca tanta sangre, de las arterias seccionadas a un ritmo macabro expele chorros y chorros del vital liquido, ya empieza a tambalearse, no, nos engaña, son pasos de tango sin pareja, como siga así bailando a tontas y a locas se le va a ir la cabeza.
El fotógrafo vomita menestra de lata para regocijo de las hormigas que por fin comen caliente. Por culpa de su estado vivimos momentos en blanco y negro.
El negrito con la cabeza en la cabeza es feliz, dos cabezas y feliz.
Nunca pondrán semáforos en la selva, la mayoría de los animales son daltónicos y los demás unos desaprensivos, por no hablar de la gacela decapitada.
Desfilan al fin las jirafas por la pasarela, pantalones de manchas para sus largas piernas, desfilan y cagan y con su cola vivaracha esparce la mierda entre el publico, que con gran aplauso ratifican el éxito del creador.
La selva nunca tendrá aceras. Yo sin semáforos no pondría ni una, estos animales van a lo suyo. Tenemos que juntarlos a todos, contarlos, pesarlos y ponerles nombre, se acabo la anarquía, que cada árbol aguante a su mono. Todo se dejara para el ultimo momento y entonces ya veremos lo que pasa.
Cuanto más preguntas más opiniones tienes, pero no siempre, la gacela decapitada es reservada para esto de las encuestas, para el baile o pintar con su sangre roja es muy comunicativa, es muy suya, no se si lo he dicho antes porque no voy a leer lo escrito, si no lo sabría.
Me comunican que en breves momentos, es el futuro cercano, a tiro de piedra, con lo cual hemos unido dos dimensiones en una. Todo el mundo dale que te dale poniendo dimensiones, que si la novena, que si la quinta y nosotros en un pispas de las pocas que tenemos nos comemos una y con patatas. Somos la polla.
Con Dios.
Añadido
Me la presentaron. Mi vista se perdio entre tanta curva. Al cabo de dos minutos la mire a la cara. Nos reimos al cruzarse nuestras miradas. Su novio no se reia. Mi mujer tampoco. El humor va por barrios.
Me he comido las comas. |