DIA MARTES
He mantenido los ojos abiertos durante horas...
Rasga, lija y suaviza cada pestañeo, el ojo entero es una bola de cemento y el parpado la suela de un zapato cualquiera arrastrándose contra el suelo.
La boca, lo mismo.
No existe el hambre, menos el sueño, solo el sobajeo de mi propia lengua contra mi propio paladar, secos los dos, unidos los dos, secos y unidos los dos.
La mano completamente apartada de mi voluntad busca frenéticamente en el velador, (un tanto húmeda, nerviosa y temblorosa), encuentra por fin después de tanto golpear la madera podrida la cajetilla de cigarrillos, que para su mala suerte, vacía, vacía por tres por cuatro por cinco, mas de 6 veces buscando en el mismo lugar la misma cajetilla vacía, hace horas vacía.
Me masco, me degusto, me engullo, me digiero, me lamo con mi lengua seca los brazos, mis labios tirantes y salados, esponja de tantas lagrimas, lapida de tantos secretos, alcantarilla de tus besos y desagüe de tus golpes.
Los putos pájaros que cantan suena como uñas rascando un pizarrón, esta amaneciendo ¡Gritan que esta amaneciendo!, pinchan en el pecho, cavan agujeros en el cerebro y apolillan las ideas, al menos apolillan las ideas.
No, no estoy muerto, solo frió y estático, pero aun estoy vivo, vivo medio muerto entre la gente.
Es tan solo otro día más, tan solo un día martes como todos los martes en que me despierto, a esta hora, en la misma cama fría, con la misma angustia de llegar al escritorio y sentarme frente al computador.
Como todos los días, como todos los putos días.
|