Siento en mi boca
el divino fuego
que deja tus labios al estamparme un beso,
la miel derretida
que sabe a un mundo
de complejos matices y bellas alegrías.
Siento la dulzura,
la eterna ternura
de tus suaves labios
mezclando en los míos
embrujos divinos que hacen
soñar con olimpos
y campos abiertos
donde la existencia
se prolonga por la
magnificencia
de tu sincero beso...
Texto agregado el 21-12-2005, y leído por 136
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