Día tras día al llegar a mi oficina lo primero que hago es tratar de escuchar tu voz, tu risa, tus chistes.
Cada vez que te escucho quisiera estar a tu lado, muchas veces tus compañeros no comprenden lo que dices, pero..... yo comprendo y siento cada una de tus palabras como si fueran para mí, me gustaría mucho que me escucharas por que tengo las respuestas a tus preguntas.
Estas tan cerca pero tan lejos.
Solo nos separa una pared.
¿tu sabes que existo? Estoy segura que sí lo sabes, porque siento esa efusividad cuando me abrazas y me saludas (eso me hace sentir la mujer mas feliz del mundo), en esos instantes deseo que se congele el tiempo para seguir sintiendo tus brazos a mi alrededor y el roce de tu mejilla contra la mía.
Pero entonces algo pasa, el encanto se termina, no dura mas de un minuto, te vas y me dejas de píe, ahí, mirando como corres a contestar el teléfono o simplemente como sonríes y te marchas a tus labores.
No se que me pasa cuando te veo, me quedo sin palabras, mis manos se tornan frías, mi respiración se agita y no puedo mirarte a los ojos.
Quizá lo notes me pongo un tanto nerviosa, pero que mas da a ti no te importa, hay días en los que ni siquiera adviertes que falté o sencillamente nuestras ocupaciones impiden que nos veamos.
Creo que tus abrazos, tus miradas y tu sonrisa no son mas que de compañerismo, mientras que...... yo aún no se que me pasa cuando te veo,,,,,,,
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