El día, no lo recuerdo,
creo, fue un mes de enero,
paseaba por el estero,
no se si estaba muy cuerdo,
supuse que hubo una fiesta,
donde todos estaban ausentes,
donde nadie era decente,
la hora, después de siesta.
Se juntaron las fantasías,
para efectuar un recuento,
si había más que tormento,
desde que vieron sus días.
Primero llegó la fe,
que quita los sufrimientos,
luego esta el pensamiento,
que es lo que quita la sed.
La navidad llegó atrasada,
esperando el final del año,
los domingos en un rebaño,
llegaron a la posada.
La seguridad y la avaricia,
llegaron casi juntitas,
bajaron de sus caballos,
para brindar por su astucia.
El canto viene llegando,
parece con alegría,
el trago no faltaría
y todos vamos tomando.
La fiesta de las naciones
se puso de algarabía.
no faltaron los mirones,
que sobran en estos días.
Los duraznos y los ciruelos,
van cayendo en el jardín,
todo parece un festín,
han madurado en su vida
y están llegando a su fin.
¿Quién quiere poner primero,
el dinero sobre la mesa?,
¿Quién quiere seguir la fiesta,
para olvidar la tristeza?.
Es el placer infinito,
de los inventos humanos
de los mitos y leyendas
que recuerdo en este instante,
que nos hacen más hermanos
o que nos ponen más distante.-
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