Testifico a mi comunidad, a mi sub-kultura, mi arrepentimiento errante.
Vago por las rutas para aproximarme al rió humano, al hormigueo, al enjambre.
Tropiezo, resbalo y caigo de hocico al suelo.
Vomito sangre acumulada ligando al sub-conciente con las actitudes autodestructivas.
Tropiezo con el ripio que vomite en mis pies,
Resbalo con impropio llanto inapropiado, inadecuado,
Caigo otra vez, otra vez caigo de rodillas, caigo de boca, caigo dolida.
Me paro aferrándome, rasguñándome el alma, cortándome el pelo, llorando de pie, corriendo en la lluvia, ¡gritando!, gritando de risa, mezclando el llanto con los mokos,
La cerveza, la lluvia, el frió, mi cama, las fuerzas y los cigarros.
Vuelvo con una taza de café en la mano y con un guión incompleto en la otra.
Vuelvo con las esperanzas dormidas, con los pies cansados.
Vuelvo con un insomnio alerta a las canciones que hablan de ti.
Vuelvo más grande, menos incompleta.
Me paro de un salto,
Con los ojos abiertos esperando un abrazo,
Lo hago para calmar mi sed roja, para callar mi sed animal.