¿Será porque están estallando en cada jardín y en cada esquina?
¿Será porque nos llenan de energía?
¿Será porque es posible creer que “todo está bien” cuando nos embriagan con su generosidad hecha fragancia?
¿Será por esa magia que generan que tantos necesitaron también invocarlos en sus cuentos?
¿Será porque nos llevan a momentos preciados e imborrables?
¿Será porque su perfume es como un pasaje a la infancia?
¿Será porque nos sentimos voluptuosos, sensuales, eternos, al envolvernos en el bálsamo de su olor?
¿Será porque es inevitable que la alegría nos visite y haga con nosotros una fiesta si nos regalan un ramillete?
Si alguno de ustedes lo sabe, por favor, les pido que me ayuden a resolver este enigma.
Yo no tengo las respuestas.
Una vez me dijeron que todo coleccionista reúne cosas inútiles. No acepté esa sentencia y expliqué que colecciono diferentes jazmines para que en cada época del año puedan acompañarme, porque eso hacen, me pongo un poco de su aroma en el alma y me bebo la vida cada mañana.
Texto agregado el 17-12-2005, y leído por 115
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Lectores Opinan
18-12-2005
Muy bonito...con lo que me gustan los jazmines y a mí no se me dan...¿será porque me falta empuje para beberme la vida? 5 * Goyo
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