Como no tengo que regalarte,
te regalo una pequeña rosa,
permíteme poder besarte,
mi compañera, mi Diosa.
Un beso te quiero dar,
mil caricias en tu cuerpo,
siempre quiero acariciar,
tu precioso, tu lindo pelo.
Cuando te contemplo dormida,
admiro esa tranquilidad,
me has dado todo en la vida,
me das la felicidad.
Me acurruco junto a tu pecho,
palpita mi corazón,
y aprovecho lo estrecho,
para despertar la pasión.
Los minutos que estás conmigo,
valen más que el oro,
que el estar siempre contigo,
lo bendigo y lo adoro.
Se fortalece el amor,
con el paso de los años,
y ha crecido la flor,
que un día cultivamos.
Adoro todo lo que haces,
tu risa, tu lindo gesto,
y me acerco a contemplarte,
poniendo cualquier pretexto.
Bendigo aquel momento,
el día en que te miré,
entraste en mi pensamiento,
te impregnaste en mi ser.
Eres una maravilla,
eres una realidad,
me has dado todo mi vida,
que más me puede importar.
Por eso, hoy te bendigo
y agradezco a mi dios,
y ante él yo te digo,
hasta la muerte, los dos.
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