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¡Soy poeta! decía un hombrecito al escribir uno de sus últimos poemas mientras corría para llegar lo antes posible al parque donde iba después de ejercer su vocación sobre el papel. "Estoy seguro de que esta vez sí, ya no lo puedo hacer mejor, es tan bello y tan intenso… Pero no, no. Recuerda lo que dice"nunca serás poeta si piensas en serlo y lo pregonas". Cuánta razón tiene, aunque no sé lo que significa ni si me importa; no me dio razones para que cumpliera este cometido, pero me dijo que no tardaria en darmelas. Llevo ya dos años viniendo a este parque cada semana sin hacer otra cosa que escribir para convencer a ese charlatán[...]de que si soy poeta y no lo muestro yo, lo muestran estas líneas que escribo sin apoyo, tan solo con su critica.

No sé por qué me molesto...Cada vez que salgo...cuento con los mismos errores que la vez anterior, pretendo rehacer alguna estructura interna de mi persona, pero sólo consigo ahogarme en este pequeño charco que creo que llega por debajo de mis rodillas."
Mientras se acercaba más a su destino miraba a sus lados: veía pasar personas, caras, esquinas, farolas...sucesivamente sin cambiar, y las mismas dia tras día..."Si al menos fueran metas que alcanzar"... , pensaba melancólico a medida que caminaba sin ningún punto fijo en la mirada, intentando descifrar el suelo que era lo único que le quedaba saber sobre aquellas calles.
"Qué persona mas extraña...¿Eso es belleza?...qué falso, un poeta sin saber describir una mísera cara como las demás. Será que no soy poeta, será que hay cosas que no se pueden expresar por ser únicas...será que no soy poeta...a no ser que el no poder ser descrito sea una descripción: esa anima sería la belleza en persona y yo... Ya estoy cerca, qué me dirá hoy, siempre me sorprende con algo. Siempre detiene mi mente y la deja desconcertada, tendría que haber tres géneros, hombres, mujeres y sabios; él seria sabio, como cabría de esperar. Qué de niños hay hoy, más de lo normal, espero que se vayan pronto y no nublen mi conversación; ahí esta mi banco, no ha llegado todavía...Esperaré."
Tras unos instantes esperando en el lugar de reunión, mirando cada rasgo de todo lo que se le acercaba y podía alcanzar con la mirada, y lo que no podía se lo inventaba, llegó el ansioso, esperado sabio, que se dirigió directamente al banco mirando de reojo a los niños que jugaban en la arena y se perseguían unos a otros, aparentemente divirtiéndose, mientras pensaba "qué perdida de tiempo, o qué tiempo malgastado...¿se divierten así? sigue siendo malgastado...¿hacen bien el ejercicio de ser feliz?" -se sentó en el banco- "terminarán haciendo sólo eso..ejercicios"

-¿Qué hay hoy?-dijo cuando se sentó.
-Lo mismo de siempre."Cada vez que hablo con él, durante los primeros minutos tengo la sensación de que es la primera vez que hablamos." He traído un nuevo..."¿Para qué me interrumpirá?"
-Calla: no me digas nada, no quiero saber nada acerca de esa poesía que supongo que era lo nuevo que traías
-¿Por qué? "¿Qué le habrá picado ahora?"
-Por lo que sea...es lo que te digo y punto.
-¿Te has cansado ya de soportar mi constante esfuerzo por convencerte o simplemente te has levantado con no muy buen pie?
-Todo a su tiempo, guárdate esa poesía...algún día la leeré...Hoy, realmente no tengo ganas.
-Entonces; si no vas a leer lo que he escrito, ¿por qué he de estar aquí?¿qué hago, me voy?
-Haz lo que quieras. Si me consideras una persona con la que simplemente quieres que te critique por no estar seguro ni tú mismo de esa supuesta creatividad que dices tener: vete. Si por lo contrario, vienes a estar conmigo y de paso te dé una ayuda para fortalecer tu segura victoria: quédate.
-"Como a un niño al que le dan una lección única no sé qué contestar, como un niño al escuchar una nueva palabra no puedo responder...Pero, sin embargo, tiene razón: ¿Por qué estoy aquí? ¿No tengo otra cosa que hacer?¿Estoy solo y necesito que alguien critique lo que se que no es tan bueno? Verdad, que por sacar un libro de poesía y que haya causado estupor no es necesariamente bueno; y me gusta que haya alguien, él, que me saque defectos...por tanto me debería ir. No, no puedo humillarme de esa manera. Piensa corre...han pasado demasiados segundos, noto su mirada, está esperándome, se impacienta y hablará dentro de muy poco.¿Qué hago...?"
-¿Qué harás? Al parecer, te has quedado mudo...Entiendo...¿un poeta sin palabras? "Ja, iluso"
-No, no, bien sabes tú que me has puesto entre la espada y la pared...en ninguna de las opciones salgo bien parado; por eso tengo que pensarlo a conciencia para que no me juzgues equivocadamente.
-¿Te importa tanto que piense de ti una cosa u otra? No conviertas esto en algo que no es: estamos conversando. Aún así, con el hecho de que te preocupe más de lo normal das por sentado a qué vienes...por tanto, nos veremos mañana, soy yo el que me voy ahora.

En ese momento se fue; y quedándose asombrado, con el poema en la mano, el escritor fue doblando suavemente el papel hasta meterlo en el bolsillo de su camiseta de botones protegida por una sudadera a causa del frío. Se quedó un rato mirando a los niños, escuchando el sonido de las hojas y de alguna que otra bolsa, arrastradas por el viento mientras contemplaba los árboles moverse al son de ese sonido. En el segundo en que se disponía a levantarse del banco, una mujer se sentó a su izquierda con un libro y comenzó a leerlo. Lanzado por la curiosidad, empezó poco a poco a echarse hacia adelante para ver de qué libro se trataba y consiguió ver el nombre del autor forzosamente. Pedro Martínez Gómez ponía en la portada. Sobresaltándose, miró implacablemente a la mujer...
"No puede ser, es ella, la belleza indescriptible, la descripción en persona, mi dique poético...¿Le digo quién soy? Así la conocería y quizás dejase de estar solo; pero no puedo utilizar este pretexto para fines tan rastreros. Que ese libro sea mío no significa que deba jugar con tal ventaja puede que muy significativa...Se nota que le esta gustando, casi está terminando; le queda el último poema, cuando lo lea le diré algo. No le voy a decir quién soy, me lanzaré a hablarle diciendo que me he leído ese libro; sí, eso es, me he leído ese libro, jaja"

-Es un buen libro ese.
-¿Cómo?
-Que es un buen libro.
-Sí por supuesto, me ha fascinado.
"¿Ahora qué digo? Me debería ir o si no acabaré por sentirme ignorado y no me gusta ese sentimiento."
-Ya es la hora de que me vaya. Encantado, señorita. Yo soy Pedro Martínez Gómez. Adiós.

Pedro se marchó por el camino embarrado y rodeado de árboles deshojados seguido por la mirada asombrada de una fiel lectora que se quedó muda ante aquella situación, volvió a abrir el libro y comenzó nuevamente a leerlo. Pedro empezó a andar sin rumbo fijo pero con un destino...

"Me he ido; menos mal, no soy un cobarde, me he ido para quedarme en la cima de nuestra relación, puesto que a más no podía ir...y un despido más impactante no se lo podía esperar, seguro que se habrá llevado una buena impresión de mí...seguro, eso es lo que importa.
No sé si ir, hace mucho que no voy, debería ir por mero formalismo. Y si...Imposible, ya han pasado cinco años y no se ha movido. No quiero ir, no, no, no...sentirme otra vez solo en mi soledad, sentir cada vez mi destino mas próximo sin recorrer el camino...estar una hora parado hablando solo, y no pensando solo. No, no...Tengo que ir, es irremediable, sé que debo hacerlo...pero definitivamente será la ultima vez que vaya; tendrán que avisarme para aparecer por ese sitio otra vez...Ya estoy cerca. Diviso el hospital, lo veo, me da miedo entrar; ese blanco falso careciente de esperanza, ese olor que te hace sentir como el próximo sin tener un rasguño, tantas caras tristes, y niños jóvenes nerviosos aunque sea por un vendaje...Esta cargado de desilusión y de abandono, quiero irme ya y no he entrado...no puedes llorar, ya llorarás una vez más en casa...calla y espera."-Subió cinco escalones para llegar a la puerta de entrada-"Pretenden engañarme con esa puerta sólida...o tal vez no, será una señal para saber que quien entra difícilmente puede salir”

-Buenas tardes, busco a Alfonso Martínez.
-Piso segundo, puerta seis
-Gracias...

"¿Conseguiré aguantar una hora sin salirme? piso segundo, subiré andando...primer piso...me parece todo un sueño en un hospital, te irán preparando para la muerte...es el ficticio tránsito de la vida a la muerte; y no porque aquí se muera, es como cuando te deprimes, o estas apático...tendríamos que venir una vez por semana para acostumbrarnos para la última mañana. Empiezo a sentir ese escalofrío por la parte de los pies, me tiemblan las piernas...quiero agua en la cara, no, no, luego vendrá el bienestar. Quiero irme ya, por favor...sáquenme de aquí...
Puerta seis; ya estoy dentro, no he cruzado ni una sola mirada en todo el camino, nadie quiere recordar nada de este sitio, ni quieren conocer a nadie en la apatía...es la hora."

-Hola, siento haber tardado tanto en venir desde la última vez. Veo que sigues igual, rodeado de cables.-Silencio- Háblame...di algo; no sé mantener una conversación con alguien vivo, ¿cómo quieres que lo haga con un medio muerto?¿Por qué no te mueres de una vez? Es lo mejor para todos. Puede ser que le deba mucho a tu situación...a tu coma profundo...Desde que estas aquí, hace cinco años, no he tenido prácticamente nadie con quien hablar, y comencé a escribir: fue entonces cuando descubrí mi vida y no nuestra vida. Recuerdo sobre lo primero que escribí, sobre lo que se basa cada una de mis poesías; no tratan de padres, ni de amores, ni de muerte o vida...no tratan de nada...por eso le gusta a la gente, sólo que ellos piensan que hablo de muerte, de frustración...que para ellos es nada...y para mi es lo único que tengo: Muerte, porque la única persona a la que quise está muerta...o por lo menos muerta del todo para mí; frustración por no poder resucitar a dicha persona y con el paso del tiempo por no conseguir ser un poeta...o no conseguir serlo para una persona...Cada vez que pienso en todo lo que ocurrió; no quiero recordarlo...no quiero recordártelo. Seguro que más de un sueño que has tenido en esa dichosa cama ha sido alguna que otra partida de ajedrez en el parque...algunos caminos recorridos por estas calles hablando por hablar, y no pensando...tantas comidas, tantos desayunos... Treinta y cinco años de comidas, treinta y cinco años de desayunos. ¿Parece una despedida?, no lo parece; no creo que vuelva nunca más por aquí. Para mí, desde este momento estás muerto, nunca más sabrás de mí a no ser que vengas a llamar y a dar tus antiguos rutinarios golpes en la madera seca sin restaurar desde hace años. Ojalá pudiera decir: "te echaré de menos", pero en tal situación sólo puedo decir: "me alegro"...-un pitido silencioso fulminaba los oídos de un alma solitaria entre los vivos-
No sé cuánto llevo aquí, pero es la hora de la despedida; nunca olvidaré este cuarto con sus paredes blancas, su suelo verde claro y sus dos camas, una siempre vacía; porque nunca sufriré tanto como en esta habitación.-Le dio un beso en la frente y salió de la habitación con un "adiós" lleno de esperanza...

"Por fin he salido de esa tortura psicológica, gracias al cielo...Es de noche, ¿cuanto habré estado? Desearía poder ver la luna, las estrellas...debería irme al campo a vivir. Lo pensé de pequeño y nunca lo cumplí...creo que es la etapa en al que pensé más sensatamente, quiero irme a la montaña a vivir, ¿podré hacerlo?.
Deprisa, quiero llegar pronto a casa, quiero ducharme...Deprisa, no quiero estar más en la calle...tengo hambre. Queda poco, estoy llegando, esa esquina y tocaré la puerta de madera...Estoy dentro -uff- Comeré algo de queso y me meteré en la cama, mañana me ducharé...estoy cansado. ¿Qué ha sido eso? el teléfono...no, lo quité porque no me llamaba nadie...habrá sido el gato, o el teléfono de algún vecino... a ellos si les llaman; siempre es el gato. Estoy en la cama y no me he quitado la ropa. Estoy dormido..."-Silencio...Silencio-

"¿Hoy he soñado?-Pensaba mientras sostenía una pluma en lo alto de un cuaderno en blanco-Nunca sueño, ¿por qué? Me gustaría que se me cumplieran los sueños...en sueños al menos. Hoy ya estoy mejor, no tengo esa sensación. Me gusta sentirme así, quiero sentirme todo el día de esta manera. Qué rico estaba el desayuno. Hoy de qué voy escribir, esta tarde he quedado otra vez en el parque. Espero que no esté tan extraño como ayer. Pluma en la mano, hoja en blanco, escribe...pasa el tiempo y sólo veo tachones ¿por qué mato estas palabras? No tengo derecho, pero para estar mal colocadas, mejor así; como mi padre.
Cada día el tiempo pasa más rápido; ayer a esta hora no me tenía que ir al parque. Ayer a esta hora todavía tenía padre.
Cada vez me encuentro mas apático...me voy al parque. Ayer aún veía en las caras poesía, hoy solo veo caras. Esos árboles, esas hojas...¿por qué darle más vueltas? Son árboles, son hojas. El suelo embarrado tampoco me dice nada; antes me gustaba cuando lo pisaba y me ensuciaba los zapatos sin importarme...cuando era niño. Qué bonito banco el de siempre, cuánto me ha gustado desde el primer día que lo vi. A pesar que no tiene nada de especial sólo estar enfrente del árbol más grande de todo el parque, el árbol con más hojas, aunque sea otoño. Ahí viene ese charlatán, ¿qué me contara hoy?"

-¿Qué hay hoy? dijo cuando se sentó.
-Lo mismo de siempre.
-¿Traes algo para leer?
-No. No ha venido la inspiración
-¿Entonces, para qué estoy aquí?¿me voy?
-No vuelvas a la discusión de ayer.
-Quedó bastante claro a lo que venías...y ¿ ahora vienes sin nada en los bolsillos? ¿No dices ser poeta?
-Sí, lo soy, diga lo que diga cualquiera, incluso tú...a pesar de que cada vez lo dude más.
-¿Cómo quieres que te lo explique?
-No hay nada que explicar.
-¿Lo sabes todo?
-...¿A qué viene tanta pregunta?
-Esta va a ser la última vez que te lo explique. Los próximos días que nos veamos, serás lo que quieras ser, y te aceptaré tal como lo quieras ser...aunque piense distinto.
-Habla si tienes tantas ganas, estoy cansado.
-¿Sabes por qué no puedes ser poeta? Sé que no...Pedro, tú nunca has sido poesía, nunca has sentido lo que se siente al otro lado de tu pluma, no has tenido nunca una sensación más allá de tu propia mano. Si la hubieras tenido, quizás hubieras dejado de escribir. Me acuerdo de un poema que escribiste sobre los vagabundos hace poco; era precioso, los interpretabas y te metías en sus pequeñas mentes. No obstante, no has sido vagabundo y no has sentido como ellos, no has saboreado esa belleza de soledad y marginación que decías que tenían. Si lo hubieras sufrido quizás nunca hubieras escrito ese poema por respeto a ti mismo. Al decir que eres poeta estás diciendo que eres capaz de soportar cualquier sensación de la vida, aunque sea a mal, capaz de soportarla y si te acercas demasiado a la poesía puede que te quemes por no soportar esa presión y llegar a odiarla siendo lo único que tienes...Por tanto, el peligro que corres con odiar la poesía por simple prepotencia, el hecho de que te arriesgues a no soportar la presión de tantas sensaciones, te hace ser rechazado por la poesía aunque seas poeta.
-¿Y si piensas realmente que eres poeta?
-En ese caso, no querrás serlo lo suficiente..
“Puede que sea verdad lo que dice…después de largo tiempo escribiendo he llegado a olvidar lo que se siente, sólo he aprendido a vivir a base de describirlo todo como si no estuviera pero estando de otro modo. La poesía…una esfera que en el interior este vacía. Eso es la poesía, yo estoy vacío, pero no soy poesía ¿Por qué? Me faltan cualidades…o la poesía no es una cualidad adquirible. Sigo sin entenderlo”
-¿Y si te digo que sí puedo sentir, además de describir?
-Obviamente, sabes la respuesta.
-Creo que puedo hacer al menos una poesía que pertenezca a un poeta, y no ser rechazado por la poesía.
-Lo dudo mucho. Quien escribe después de haber sentido…no ha tenido un sentimiento verdadero, ya que no habrá sido un dolor suficiente y no habrá captado la sensación verdaderamente.
-¡No todo es dolor!…
-No salgamos del tema…
-Sé que se puede ser poeta, iré buscando debajo de cada piedra, encima de cada edificio, en las profundidades del océano, en el interior de los bosques, en la vida; en la muerte…hasta que consiga ser un verdadero poeta. La próxima vez que me veas, tendré ese sentimiento verdadero.
“Sé que puedo encontrar alguna pista para sentir verdaderamente y no reprimir ese pensamiento. Si no escribirlo, lograré conseguirlo…Tengo mucho tiempo todavía: Unos treinta años en vida, y quién sabe cuántos en muerte. Hace calor hoy, me quitaré la sudadera. Lograré conseguirlo…No es posible vivir sin sentir…no es posible, me niego…”

La mirada inquieta del sabio iba siguiendo el camino que seguía la persona que le acababa de dejar…Era el primer día que le había visto irse por el lado contrario del que venia “Está dando un paso adelante, esta dando *el paso quizás” pensaba preocupado ante esta anomalía…Se levanto y le siguió paso a paso, pequeños pasos que intentaban poder alcanzar a esa nueva criatura que se había revelado contra el mundo. Cuando poco a poco consiguió llegar a la calzada veía desde lejos, y a la vez cerca, al cuerpo de su fiel compañero tirado en medio de la carretera al lado de un coche negro. La calle estaba paralizada, él era el único que se movía respecto a los demás ciudadanos, veía desde cada vez mas lejos a su fiel compañero. Miró al conductor del coche, mejor dicho, conductora, y pensó “Que cara más extraña, no la puedo describir…¿Está muerto de verdad?...No tiene pulso, está muerto…” Una sola lágrima calló de sus ojos tiernos y jóvenes, estaba inmóvil mirando al cuerpo quieto y finalmente lejano de su fiel compañero… “Era su hora, no hay qué, hacer…Ahora que se había decidido firmemente a realizar ese sueño profundo que tenia, ese sueño en vida y no en cada línea que le separaba más y más de su realidad. Ahora que por fin no estaba muerto y consiguió sentir algo dentro de su cuerpecito…ahora…no vive. Aquí está el ejemplo más apropiado. Ha saboreado un sentimiento y no ha podido describirlo, ha saboreado la muerte, y se ha muerto. Si pudiera hacer tan solo una poesía sobre la muerte, sería poeta, o al menos le consideraría poeta…pero eso ya es imposible, Si hubiera logrado su mayor sueño: ser poeta…Ha muerto, ha muerto intentándolo como la mayoría como él…sólo es poeta para una mayoría medianamente inculta de gente. ¿Qué tiene en ese bolsillo?”-Cogió el papel de un bolsillo de su camiseta de botones-“¿Una carta?¿a quién?...Qué delicado doblaje…¡Es un poema!”-A medida que iba leyendo aquella poesía, su rostro le iba cambiando, le echaba miradas de admiración, y a la vez de desgraciado, pero con orgullo y respeto ante todo-“Es un poema sobre la muerte…cómo puede ser que sea un poema sobre muerte…Ha tenido que morir para poder ser lo que deseaba, ha logrado transmitir una poesía sobre un sentimiento verdadero…aunque lo haya escrito antes de sentirlo…La poesía…una esfera que en el interior este vacía, eso es la poesía…él ha logrado llenarla…lo consiguió. ¿Final alegre o triste?
“Pedro Martínez Gómez”-Pensaba la fiel lectora a manos del volante-“Por qué esta mala suerte, o esta coincidencia…debí hablarle aquella tarde…ayer; en vida”-Echó una mirada al cielo y se puso a llorar.
-Hijo, hijo-Sonaba una voz viniendo del parque- ¿Qué haces agachado en medio de la carretera?¿No te he dicho mil veces que no te acerques?
-Ya voy, papá-Decía el sabio levantándose.
-Eres demasiado pequeño para estar ahí, solo tienes siete años, vámonos de aquí-Un coche tapaba la visión de Pedro Martínez Gómez y se fueron dados de la mano al interior del parque mientras muchos curiosos se asomaban a ver: “un muerto poeta” antes muerto que poeta..
-¿Nos vamos a casa ya?
-Dentro de un rato Pedro.
“poesía, poesía; silencio, silencio…poesía...una esfera que en su interior este vacía, eso es la poesía…”

Texto agregado el 16-12-2005, y leído por 359 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
12-06-2006 Esta bueno, muy original, me gusto toda la relación que existe en el relato y su fin daiyume
10-01-2006 no hay votos..? Juan_Poeta
 
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