Me topé con un libro que tenía este título. Lo compré y lo recorrí rápidamente buscando algunas de tus pistas para encontrarte. No era así (creo), sólo profunda filosofía heideggereana de búsqueda de dios.
¿Es cierto que eres un Dios escondido? Yo, por cierto, lo creo. Eres como un papito bromista, que se oculta a sus hijos, para que estos salgan a buscarle, como un Tugar, tugar, salir a buscar .
De hecho, hace varios años atrás realicé un dibujo borrador que tenía el título de Dios Escondido . Era una talla en un gran bloque rectangular de piedra, con una fisura angosta que cruzaba el bloque entre dos de sus caras coincidentes. A través de ella se podía observar (por ambos lados) una ruta laberíntica que daba a entender que había caminos ocultos a la visión del observador.
Si bien es cierto que no es posible pensarte , puesto que escapas a toda magnitud de raciocinio, pienso que Jesús dice lo cierto al proclamar: "Quien me ve a mí, ve al Padre". Quien se encuentra en sintonía contigo te conoce y puede ver tus pensamientos e intenciones.
Hay lugares donde nuestro ojo no podrá posarse de tu verdadera figura, porque eres impenetrable a nuestro entendimiento. Además el querer saberlo todo de ti es querer cerrar el círculo y eso no lo permites, porque sería como ponerte un nombre, clasificarte y tenerte. Por eso Conocer tiene una significación de Tener en la Biblia. Si supiéramos todo de ti te tendríamos para nuestro capricho y malas tendencias.
Por eso, pienso, que mientras descorres un velo que nos muestra quién eres, me da la sensación que más allá va a existir un velo por descorrer (y que sólo tú descorres).
Me alegra saber, eso sí, que el último velo que descorriste fue sobre tu inmenso amor por nosotros y por toda tu creación.
©naisui
|