Tengo mi nariz
redonda y roja,
mi cara blanca
y mi boca grande
bien delineada,
dos negras cruces
tachan mis ojos
y una lágrima
sobre la mejilla
mal dibujada.
Tengo mi cara apayasada,
soy mi payaso.
Si,
el payaso triste.
Pero el espejo
que distante me mira,
nada dice
de mi maquillaje,
está callado,
más triste que mi cara,
más silencioso
que yo.
Me muestra
la cara desnuda
del payaso que soy.
Me muestra mi tristeza
y me devuelve
lágrimas calientes de sal.
Estoy llorando,
sin comprender,
porque ante tanta soledad
el verse en el espejo
es tan cruel.
Soy mi payaso imaginario,
sin maquillaje ni cartel.
Soy una tristeza con nombre
y lunas de papel.
Soy el debil deseo
de lo que nunca seré,
casi un recuerdo
que no he recordar.
Tengo mi nariz
redonda y roja,
mi cara blanca
y no sé por qué,
pero me duele
verme y ser.