Sí, caía al vacío desde el piso veintiséis. No sé como recuerdo el lugar donde estaba. Nada más salía de un departamento en ese dichoso piso ¿No podía haber estado en el piso primero?.Total, para pagar un simple impuesto que al fin y al cabo no deja de ser eso, un impuesto, un pago para que me hagan plazas donde mis hijos jueguen dentro de esa "isla" contaminada por los humos de los coches y rodeada de altos edificios que apenas dejan pasar el sol en la mayoría de ocasiones. No debo dejar que mis hijos jueguen en ninguna de esas plazas o parques, que es como ahora les llaman,¡No dejaré que jueguen! Ahora lo hacen en el pasillo de mi ridícula casa. Podría ser mejor, pero ese simple impuesto, otro y otro, no me permiten tener una casa con patio y algo de jardín, y un cortacésped, y mi buzoncito, como el que se ve en las pelis de dibujos, aquellos tan monos, jajajajaja. El cartero me tira las cartas por debajo de la puerta del edificio, y con mucha suerte, las puedo recoger. Algunas veces, ni me las tira por debajo porque nadie me escribe, nadie me escribirá nunca más. Con suerte, una esquelita se deslizará hasta la entrada de mi casa y en ese papel estará mi nombre y las lágrimas de algún ser querido.¡Caray que sadismo!¿No?.Mis hijos irán a jugar a esa plaza-parque que seguramente construirán algún día con mis impuestos y yo no podré impedirlo, no quiero que jueguen en esa plaza con hierba, donde se cagan y mean los perros, si por lo menos alguien limpiara con mi esquelita el culito de su perrito, algo aprovecharían del papel.
Sí, sigo cayendo y sigue mi cabeza dando vueltas y recordando muchas cosas ¿Cómo se puede recordar tanto en un momento cómo éste y en tan poco tiempo?.El edificio es altísimo ¡Vaya que sí!.Puede ser que agradezca el que estuviera esa oficina en un lugar tan alto. Podré recordar más cosas ¿Y por qué no las recuerdo antes de caerme?.No me he caído, me he tirado. Tampoco intento suicidarme, me he tirado para salvarme ¿De qué?,¿De los impuestos que pago?.¡No!.Si les explico el porqué no me quedará tiempo para explicarles otras cosas, aunque ahora que lo pienso, bueno miro abajo y me queda un gran trecho, osea, que sí tengo tiempo.¡Adelante con ello!.
Esta ciudad en la que vivo posee unos edificios muy altos, altísimos. El poco suelo urbanizable que hay obliga a tener que construir verticalmente, pero de una forma desorbitada. El encargado del ayuntamiento de asuntos urbanísticos debe tener una buena comisión, una altísima comisión, como los edificios que permite se construyan, contra más altos, más comisión.
Yo recuerdo, y de eso hace muchos años, contemplaba desde un pequeño montecillo no muy lejano toda la ciudad. Era dificil ver algo que destacase más que la iglesia principal. Todos los tejados parecían haber sido medidos y puestos a la misma altura, incluso el color de ellos hacían juego con el de la iglesia, ahí en silencio y misteriosa, donde sus milenarias piedras guardaban los más bellos secretos acontecidos por el paso de los años; sólo era interrumpido por el acoso diario de algunas gaviotas con sus graznidos.
Ahora voy por el piso quince. No es que lo haya visto al pasar, sino que en ese piso está el bar-restaurante, lo sé porque una vez fui también a tomarme un café con leche mientras esperaba que la persona que debía cobrarme otro de tantos impuestos, me paso la vida pagando impuestos, estaba desayunando y opté por imitarlo bajando por el ascensor hasta el bar. La gracia de todo es, que esa persona estaba haciendo el aperitivo en los lavabos con su secretaria, porque allí me los encontré dale que te pego. No sé si al pasar mientras caigo me habrán visto ellos a mi, puede que desde aquel día cambiasen de lugar.¡Y a mi que más me da!,caray que estoy cayendo y preocupándome si se lo estarán pasando bien, o no, los dos.
¿Dónde estarán mis hijos ahora?.Si ellos supieran que me queda tan poco tiempo de vida, seguro que algo harían por salvarme, o puede que ya estén pensando en la herencia. Debo pensar de otra forma sobre mis hijos, debo tener otro concepto hacia ellos, pero ¿Y ellos, lo tendrán conmigo? Caray que momento más crítico y encima viendo como el suelo cada vez se acerca más a mí.¿Habré hecho testamento?,no me acuerdo, porque sino los chupatintas de este edificio, esos que toman el aperitivo en el lavabo con sus secretarias se quedarán parte de él.
Ya estoy por el piso nueve y veo que es el de los abogados y notarios, otros chupatintas. Me voy a parar por aquí y les pregunto. Sólo veo a sus secretarias, que raro, hoy estos no tienen aperitivo ¿Y si lo aprovecho yo para tomarme uno?,por lo que me queda de vida una canita al aire no iría mal. Me enterrarían satisfecho y lleno de placer.¡Pero que digo!,¿Y mi mujer que diría?. Putón, malnacido. Joder que me estoy muriendo, bueno casi, me estoy cayendo y para lo que me queda de vida aprovecho y doy rienda suelta a uno de mis sueños, hacer el aperitivo con una de esas mujeres de ensueño, como en las peliculas, no esas de dibujos y buzoncito, sino esas donde........
¡Anda! ¿Qué piso es ése? Si están robando, y encima se llevan mis dineros. Debe de ser el piso donde están las cajas, donde guardan todo los que como yo depositan sus impuestos. Este es el piso quinto, lo veo desde aquí, hay un rótulo a la salida donde pone "usted se encuentra en el piso quinto".Si que he bajado rápido. Esto debe ser porque mis impuestos son pequeños, pero para mi son muchos y depende de la cantidad caes más aprisa o menos . Otra vez me tiraré después de pagar más dinero y caeré más despacio, me dará tiempo de pensar más cosas. Da igual que roben lo que quieran, tendrán escusas para no hacer esas plazas, lo malo es que ni esas plazas ni otras cosas harán.
Ya veo cerca la acera que rodea el edificio,¡Tiempo!,como en el baloncesto. Todavía no he terminado de contarles porqué estoy cayendo, ni tampoco más cosas de mi vida.
¿Por qué uno siempre tiene que acordarse de su vida en momentos cómo éste, o cuándo estás en momentos críticos donde llegas a pensar que te vas a morir, que no hay arreglo, estas desauciado?. Puede ser que intentes pasar lista a todo lo que has hecho durante tu estancia en la tierra e ir apartando lo bueno de lo malo y corregirlo, al menos intentarlo, de verdad que no lo sé, pero no lo voy a pensar mucho más, la acera se acerca y seguro que caigo encima de una cagada de perro. Igual no ha llegado esa esquelita mía y el dueño del perro pasa de recoger las necesidades de su fiel amigo.¡No puede ser! Sí está esa cagadita ahí en el punto fatídico, pero como he pedido tiempo, me paro, me lo doy para terminar mi historia y posiblemente mis impuestos hayan servido para que la brigada de limpieza pase hoy por este lugar y limpie la "caca".
Pues sí, me tiré por la ventana,¿O no?,vaya ahora no lo recuerdo. Yo he pedido tiempo y ya no me quedaba, lo había agotado. Entonces ya no me queda lugar de caída para que se lo cuente, ni tiempo para intentar recordarlo, se me acabó el espacio de caída.¿Chofffff!.
Mi mujer acaba de encender la luz de la mesilla de noche. Ha oído un pequeño ruido en la habitación y se ha asustado. Con la mano, roza por encima de la cama intentando tocarme, saber si sigo ahí. La mano no encuentra nada más que la planicie de las sábanas y la manta, ningún bulto que se parezca a una persona allí durmiendo y con la vista puesta donde debería estarlo suelta gritando ¿Manuel dónde estás?.
Mi cuerpo se ha pegado un porrazo contra el suelo que tardaré en volver a quedarme dormido. Lo único que no sé es si caía del piso veintiséis o desde unos cincuenta centímetros, o que si estaba claro es que mi rostro había ido a impactar contra el orinal, que casualmente dejo cada noche cerca de la cama.
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®Manuel Muñoz García-2002
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