Mi muy apreciado Sr. Santaclaus:

Con todo el respeto que ud. me merece, quiero reprocharle que a pesar de sus nobles intenciones de propagar amor y felicidad en éstas épocas decembrinas y sobre todo a las poblaciones infantiles, cada vez hay mas niños infelices que acumulan rencor y resentimiento hacia su persona en virtud de que solo favorece a los niños pertenecientes a los estratos sociales mas altos lo cual me parece francamente una injusticia. Una primera solución que vino a mi mente fue la de tomar prestado su traje rojo, simular una gran barba blanca con algodones y presentarme en aquellos lugares los cuales ud. tiene olvidados, pero rápidamente me di cuenta que para abarcar esos lugares en su totalidad necesitaría un ejército de imitadores, por lo que deseché la idea, además no me sale la risa a todo pulmón del Jo Jo Jo Jo Jo, y también ¿de dónde sacaríamos tantos regalos para dar a los niños? Después de tanto meditar, tratando de encontrar una respuesta a este problema, caí en cuenta que la solución no es volviéndolo a ud. omnipresente, sino mas bien mitigando su imagen, al grado que lo que ud. representa no sea el motivo esencial de la felicidad de un niño, sino que pase a ser un adorno mas de los que se estilan en estas temporadas. Para lograr esto se requiere que los adultos inundemos el ambiente con ese espíritu de paz, armonía y felicidad emanado de nuestros corazones y que esto no dependa de la adquisición de cosas materiales, por lo que le pido de la manera mas atenta que deje de estarse promoviendo en televisión, radio, anuncios, y cualquier otro medio masivo de comunicación.

Atentamente su servidor,

Peter_6