¿Por qué resucitaste ayer?,
si ya te había enterrado,
ya te había llorado,
ya te había olvidado.

Por un momento pensé lograrlo.

Talvez me esforcé demasiado,
para sacarte de mi presente y pasado,
que en un abismo te escondiste,
sabiendo que eso era pecado.

¿Como sacarte de una vez de mi vida?,
no creo poder hacerlo nunca,
y tampoco deseo hacerlo ahora,
me he dado cuenta en esta vía que estas allí a cada hora.

Jamás he estado solo en esta senda,
siempre recogí a alguien en el camino,
por muy especial que esta fuera,
ya sabia que no era ella mi destino.

Cegado por el miedo y el orgullo,
y trascender en mi circulo,
por etiquetarme de muy macho,
me desprendí del sentimiento más puro y sagrado.

Ayer he llorado como un niño,
tanto tiempo ha pasado,
se de un buen amigo,
que tu si me hubieras amado.

Mi vida que ahora se quiebra en pedazos,
ya no pareciera serlo tanto,
me preocupa de manera inquieta,
que ya no quieras ni darme un abrazo.

El desorden de mi vida amorosa,
solo yo he sido el culpable,
si bien es cierto no me arrepiento de esta escuela,
de no ser así jamás me hubiera encontrado.

Una coraza traída desde escandinavia
a estas tierras cálidas costeras,
no fue una gran idea ahora que lo pienso,
que bonito es conocer los sentimientos.

¿Por qué resucitaste ahora que estoy tan débil?
que mi corazón sufrió un golpe bajo,
lo único que deseaba era paz por un rato,
ahora venís a mi cabeza y ya me siento aterrado.

Me das miedo, se me cortan mis palabras,
sos la única que me ha hecho hacer el ridículo,
al querer conquistar sus brazos,
me da risa ahora ese papelazo.

No creo ser digno de ti ahora,
el tiempo será el juez de este caso,
por el momento he de sacrificarme hasta tenerte,
no me importa esperar hasta la muerte.

Como quisiera regresar el tiempo,
y embelesarte con mis versos
darlo todo sin temor al rechazo
una y otra vez hasta alcanzar tu regazo.

Sufro y divago,
te amo como nunca nadie ha amado,
que estés todavía allí me da la esperanza que el destino,
nos tiene algo muy especial guardado.

Me desnudo ante ti,
sin vergüenza mostrándote lo que soy,
con una espada dentro del pecho,
que me mata sin compasión.

He intentado amar varias veces,
para olvidarme de ti,
al fin comprendo, que el amor no se impone,
solo llega al corazón.

Solo me gustaría encontrar una luz de esperanza,
o restos de ceniza en el fuego,
que no daría yo por ti en esta vida,
por estar contigo en este día.

Mejor me voy a la cama en este instante,
para poder encontrarte entre mis sueños,
ya que es en ese lugar en este tiempo,
donde allí tu alma, corazón y cuerpo, me tienen a mí por dueño.


Todavía me pregunto,
¿Por qué tu recuerdo resucito ayer?
¿Por qué resucitaste en mí ayer?
Debo llamarte para averiguarlo.